Las propuestas económicas son un factor importante para estas elecciones. Pero ¿cuánta gente entiende las propuestas? ¿Cómo entender si son populistas o técnicas?
En el Perú se estima que hay 22 millones de votantes, el 30% en un rango entre 18 y 29 años y el 54% entre los 30 y 59 años. Son importantes los jóvenes, cuya formación económica se basa en la experiencia diaria o formación teórica sin haber experimentado la hiperinflación, control de importaciones, devaluación y demás hierbas.
El grueso de nuestra población tiene un criterio basado en una mayor experiencia pero, en su mayoría, carece de una preparación adecuada sobre las implicancias de las medidas económicas. Los regalos y las promesas de mejoras económicas, becas, incrementos de salario, precios regulados generan entre nosotros esperanzas que luego son defraudadas, pues muchas de estas promesas no tienen un sustento técnico o no han sido explicadas claramente.
Una de las promesas electorales de moda es la reforma de las AFP. En diciembre el Congreso aprobó la ley que permite a los afiliados retirar el 95,5% de su fondo a los 65 años y el Poder Ejecutivo la observó por antitécnica y anticonstitucional. Existen muchas críticas al sistema de pensiones, como la falta de incentivos para generar mayor rentabilidad a los afiliados. Es claro que el sistema de pensiones debe ser revisado, para lo cual existen buenas propuestas que buscan incrementar la competitividad de las AFP y mejorar servicios y beneficios para los afiliados; más aun si las carteras administradas alcanzan los S/124 mil millones de casi 5,95 millones de peruanos.
¿Quién se perjudicará realmente cuando el usuario retire sus fondos? Las AFP no, pues cuando el afiliado cumple los 65 años dejan de cobrar su comisión y los fondos son muchas veces transferidos a compañías de seguros para rentas vitalicias. Si los usuarios retiran y disponen libremente de sus fondos, el riesgo de pérdida de este dinero (por una mala inversión, exceso de gastos) se incrementa, y el afiliado se puede quedar sin una futura pensión. La misma ley aprobada por el Congreso, anticipándose a cualquier reclamo futuro por aquellos que perdieran sus fondos en esta figura, establece que no existiría el beneficio de garantía del Estado. La decisión de retirar o no los fondos es del afiliado. Probablemente el lector tenga las habilidades para gestionar su fondo, pero no todos tienen el mismo conocimiento y el sistema debe proteger a todos.
Existen muchos aspectos que deben mejorar en nuestro sistema de pensiones, pero sin perder el objeto para el cual existen las AFP, que es gestionar pensiones, y dar soluciones técnicas para los diferentes problemas de los afiliados y pensionistas: afiliados que han dejado de contribuir años, pues no tienen trabajo y no pueden disponer de sus ahorros/pensiones, cobro de aportes, seguros, pensiones que no alcanzan los S/50, disponibilidad del fondo en el caso de enfermedades terminales, cuotas iniciales o garantías para créditos hipotecarios. Hay procedimientos que funcionan bien, como es el caso de la pensión por invalidez que cubre varios aspectos. Ahora, ¿usted piensa que la reforma que se aprobó es suficiente?