Oscar Montezuma Panez

En medio de las resistencias a la decisión del Ministerio de Cultura de implementar la venta de entradas para Machu Picchu de manera virtual, surge una oportunidad trascendental para modernizar y mejorar la gestión turística del icónico sitio arqueológico. Más allá de las controversias actuales, la digitalización de este proceso representa un paso fundamental hacia la eficiencia, transparencia y alcance global.

Es innegable que la digitalización permite afrontar los desafíos de la gestión turística con formalidad y trazabilidad.

La decisión de liderar este proceso de transición desde la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) muestra un compromiso con la modernización y la adopción de tecnologías que pueden optimizar significativamente la experiencia de los visitantes y la administración del sitio.

Uno de los aspectos clave que se debe resaltar es la transparencia que ofrece un canal digital. La venta de boletos a través de un canal digital no solo garantiza un proceso ordenado y seguro, sino que también brinda la oportunidad de rastrear cada transacción. Esto no solo fortalece la integridad del sistema, sino que también contribuye a la confianza de los usuarios y la transparencia en la gestión de los recursos generados por la entrada al sitio.

Además, la digitalización amplifica la oferta turística a nivel internacional. Con la venta de boletos en línea, se eliminan las barreras geográficas que podrían limitar la accesibilidad a los visitantes extranjeros. La posibilidad de que turistas de todo el mundo adquieran sus boletos de manera electrónica abre las puertas a un público más amplio, generando mayores oportunidades económicas para la región, sus habitantes y para la conservación del propio Machu Picchu.

Hemos oído las preocupaciones expresadas por algunos operadores turísticos y habitantes locales acerca de una posible “privatización” del sitio arqueológico. Sin embargo, es crucial destacar que la digitalización implica más bien una modernización de los procesos y no una privatización de nuestra maravilla mundial. La participación del Gobierno Regional del Cusco y los ministerios involucrados en este proceso de transición demuestra la voluntad de colaboración y la importancia de mantener el equilibrio entre la preservación cultural y el impulso económico.

En conclusión, más allá de las controversias y las dificultades para instalar una mesa de diálogo, la decisión de liderar el proceso de venta de boletos para Machu Picchu de manera digital es un paso valiente hacia el futuro. No debemos dejar pasar esta oportunidad de avanzar en la era digital para la gestión turística, aprovechando sus beneficios en términos de eficiencia, transparencia y alcance global. “Machu Picchu digital” es el camino para que nuestra maravilla mundial sea más accesible, transparente, sostenible y enriquecedor para todos y todas.

Oscar Montezuma Panez, CEO de Niubox Legal.

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