"Tenemos que contar con la ambición para imaginar otras dimensiones de la integración", señaló Moreno.
"Tenemos que contar con la ambición para imaginar otras dimensiones de la integración", señaló Moreno.
Redacción EC

El presidente del , Luis Alberto Moreno, tiene un aspecto claro: los gobiernos de América Latina son cada vez más conscientes de la urgencia que existen en profundizar la  a nivel regional.

En el marco de la -evento previo a la Cumbre de las Américas-, resaltó cómo los bloques de la Alianza del Pacífico y el Mercosur, que alguna vez avanzaron por cuerdas separadas, hoy están mucho más interesados en la unidad.

"Recientemente Canadá, que ya tiene acuerdos de libre comercio con los cuatro países de la Alianza del Pacifico, anunció que quiere alcanzar un acuerdo con el Mercosur", comentó el ejecutivo en línea con su discurso.

En ese sentido, y para cambiar el contexto actual donde la integración regional aún no se concreta, indicó que las autoridades requieren pensar mucho más allá de aranceles y aduanas.

EJEMPLOS

Luis Alberto Moreno ilustró diversas maneras de integración que aumentarían la capacidad productiva y el crecimiento de los países de América Latina en bloque. Así, explicó cómo podría lograrse ello en el sector Energía.

"Todos han oído hablar del fracking (...) Si logramos extender gasoductos transfronterizos, estos gigantescos yacimientos podrían ayudar a reducir los costos de energía en México y Centroamérica", mencionó.

Asimismo, enfatizó el gigantesco potencial que Latinoamérica tiene para desarrollar fuentes no convencionales de energía renovable.

"Por ejemplo, la energía solar que recibe el desierto de Atacama podría generar suficiente electricidad para abastecer la demanda diurna de toda América del Sur", dijo.

"De noche podríamos aprovechar el masivo potencial de generación eólica de Brasil.  Esta integración energética se podría lograr construyendo unos 12.000 kilómetros de líneas de transmisión", agregó el ejecutivo.

De acuerdo a cálculos del BID -según comentó Moreno-, en los próximos 12 años la región podría ahorrar por lo menos US$30.000 millones en el escenario que presentó, ya que construir líneas de transmisión es mucho más barato que construir nuevas plantas de generación.

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