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Una oportunidad de crecimiento se ha presentado para las empresas dedicadas al rubro de comida instantánea, cuya demanda, según exponen algunos representantes, ha aumentado durante el aislamiento social obligatorio anunciado por la propagación del COVID-19.
“Esta cuarentena le ha cambiado la rutina a muchas familias. […] La necesidad de afrontar la alimentación ha podido llevar [a los consumidores] a una mayor predisposición para tener ese tipo de comidas rápidas en el hogar”, señala Rolando Arellano Bahamonde, gerente general de la consultora Arellano.
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Una de las competidoras en el sector es la sopa instantánea Ajinomen, marca de Ajinomoto, que ha registrado un crecimiento de 6% en cuanto al consumo en los hogares peruanos.
“El crecimiento se da principalmente en el sabor gallina en 15%”, especifica a Día1 María Teresa Tapia, jefa de Marketing de Ajinomoto del Perú.
A la par de dar a conocer esta cifra, resalta el significativo incremento de sus ventas, especialmente en los supermercados.
“[Estas] aumentaron dos veces más que antes de la pandemia e incluso terminando el período de cuarentena, nuestra tendencia de ventas es mantener un buen nivel”, proyecta.
Al otro lado de la cancha, también se encuentra la línea de preparados de San Fernando. Desde la empresa destacan que observaron resultados positivos de la línea de pavita.
“El efecto ‘stay-home’ (permanecer en casa) favoreció el consumo de estas categorías generando el aumento del volumen y las cantidades consumidas. […] Esta tendencia no es nueva, pero se evidenció de una manera mucho más marcada durante la cuarentena”, subraya Jessica García, gerente de Márketing y Reputación de San Fernando.
De acuerdo con lo manifestado, prevén que la demanda se mantenga al alza ya que existirá preocupación por parte de las familias por mantener una buena alimentación.
EL PERFIL DEL CONSUMIDOR
Los consumidores de estos productos, conforme a lo expuesto por San Fernando, son personas sin mucho tiempo para cocinar o planificar el menú diario.
En el caso de Ajinomen, por ejemplo, observan un mayor consumo en los niveles socioeconómicos C y D, con un rango de edad entre 25 y 34 años. No obstante, el contexto actual, ha dejado ver a un nuevo público objetivo.
“Esta situación ha hecho que la curva de crecimiento sea más pronunciada en los niveles socioeconómicos A/B con 44% y C con 21%”, dice Tapia.
Identificado estos perfiles, y dadas estas nuevas demandas, el reto a partir de la fecha es sostener el volumen de ventas que se ha presentado. Para tal fin, Arellano considera importante la fidelización de los consumidores.
“Si hoy en día hablamos de las sopas instantáneas, [estas tienen] formato personal; pero si [actualmente] están en cuarentena familias completas… ¿nos hemos hecho la pregunta si amerita [producir] un formato familiar?”, cuestiona el especialista.
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