De las 60 federaciones adscritas al Instituto Peruano del Deporte (IPD), solo la de fútbol genera los suficientes ingresos para autosostenerse. Las restantes dependen, en una gran parte, de lo que el Estado pueda otorgarles como subsidio.
En el 2017, de los casi S/159 millones de presupuesto que manejó el IPD, el 37,2% se asignó para la subvención de instituciones deportivas. El atletismo fue la disciplina que obtuvo un mayor apoyo, con S/5,56 millones.
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Sin embargo, esta cifra es muy reducida respecto de los números con los que se desarrolla, en el ámbito nacional, el deporte rey y que –sobre la base de ello– ha ido consiguiendo significativos resultados: clasificar a un Mundial después de 36 años y obtener el subcampeonato de la Copa América.
Solo con el último torneo inyectó a sus arcas poco más de S/33 millones; más de la mitad de lo destinado a las otras 59 federaciones.
MILLONES POR MEDALLAS
La participación peruana en las últimas cuatro ediciones de los Juegos Panamericanos Lima 2019 muestra una relación directa entre el presupuesto asignado a los circuitos olímpicos (es decir, en la temporada de preparación) y los resultados deportivos.
Entre el 2012 y 2015 se destinaron S/67,5 millones anuales en promedio a la subvención de las federaciones, cifra superior a la de años previos. El resultado fue destacado: 13 medallas (4 de oro, 3 de plata y 6 de bronce).
Óscar Fernández, expresidente del IPD, considera que, en efecto, es una realidad que a “mayor inversión, mejores resultados”.
Así, agrega que un ejemplo por seguir es Colombia: considerables inversiones, visiones articuladas y trabajos en conjunto con los distintos niveles de gobierno han generado avances frente al Perú.
SIN IMPULSO
El titular de la Dirección Nacional de Deporte Afiliado (Dinadaf), Víctor Azpilla, explica a este Diario que las federaciones pueden disponer de las transferencias que les hace el IPD en ocho categorías.
Asimismo, menciona que los atletas son beneficiados directamente mediante el Programa de Apoyo al Deportista (PAD), que consiste en la entrega de bonos mensuales desde S/800. Pero no todos los casos son iguales. Por ejemplo, una de las federaciones que nos representará en los Panamericanos es la de rugby, con su equipo femenino.
En noviembre del 2017, este cuadro ganó la medalla de bronce en los Juegos Bolivarianos. A inicios de ese año, la federación tenía una caja presupuestal de S/1,2 millones. Sin embargo, según comenta Raysa Gonzales, seleccionada nacional desde el 2016, tras la obtención del bronce, el IPD recién empezó a apoyarlas económicamente. “Nos subvencionaron a las 12 que jugamos el torneo”, observa.
Durante un año fueron incluidas en el PAD y recibieron individualmente alrededor de S/1.000, además de algunos suplementos. Pero dejaron de percibirla un año después. La razón fue que no obtuvieron nuevos galardones. “Es un poco ilógico que nos quiten la ayuda cuando estamos a puertas de los Panamericanos”, comenta Gonzales en diálogo con El Comercio.
Un caso similar es el de Juan León, uno de los deportistas paralímpicos destacados por el IPD. A pesar de su palmarés nacional, adornado con 18 preseas de oro, aún no es considerado dentro del PAD.
A diario se traslada desde Ancón hasta la Villa Deportiva Nacional con sus propios ingresos, que genera vendiendo artesanías y que bordean la remuneración mínima (S/930). Él confiesa que, a veces, tuvo que ausentarse por razones monetarias.
En el 2017, el presupuesto de la Federación Deportiva Nacional de Personas con Discapacidad Física (Fedenadif) ascendió a los S/243.402.
Un año después, el deportista ganó una presea de oro en los Abiertos Nacionales Barranquilla, pero aún así la situación no ha cambiado.
“Ya clasificamos y nos piden entrenar más días, pero los recursos son limitados. No siento que el apoyo del IPD esté llegando”, puntualiza