Mañana domingo 15 de noviembre, el Palacete Sousa de Barranco será el escenario del Salón de Arte Contemporáneo (SAC), formato cultural que se llevará a cabo por primera vez en nuestro país y que contará con un conjunto de obras preseleccionadas de las galerías más importantes del mundo. Estas se exhibirán y pondrán a la venta junto al trabajo de renombrados artistas plásticos peruanos. El SAC es organizado por el promotor de arte internacional Pepe Cobo, con quien hablamos sobre el mercado del arte en el país.
¿Cuán desarrollado está el mercado del arte en el Perú?
El Perú tiene una bandera muy importante y no es otra que la gastronomía, que sumada a los atributos turísticos con miles de años de cultura ha hecho que la mirada del mundo se pose en el país. Gracias a ello se ha comenzado a desarrollar moda, diseño, arquitectura y arte, pero aún está en su fase primigenia, porque hay pocos centros de arte, pocas galerías. Entonces, la estructura no es sólida y eso hace que el mercado sea pequeño, aunque hay mucha voluntad de personas que están a la expectativa de lo que pase en el Perú en el rubro del arte.
¿Quién es el comprador de arte y qué formato es el que adquiere?
Como dije, el Perú es un mercado muy pequeño aún. Se compra poco y usualmente no se sale de aquello que esté relacionado al Perú y su historia. El comprador peruano de arte no está especializado.
Entiendo, pero aún no ha contado quién es el que compra arte en el Perú...
Para empezar, es un mercado que se encuentra generalmente en Lima y quienes compran principalmente son personas que pertenecen, son socios o dueños de una gran compañía, y compran generalmente cuadros, esculturas y dibujos.
¿No hay empresas que compren arte?
Empresas como tales que compren arte en el Perú es algo que aún no se da. Si una empresa es poseedora de una colección es porque ha sido heredada, como sucedió con el BCP, Scotiabank o Sura.
Desde hace algunos años los centros empresariales que hay en Lima se han convertido en lugares de exhibición y venta de obras de arte. ¿Cuánto más se pueden expandir estas locaciones?
Hay muchas posibilidades de expansión y no solo me refiero a los centros empresariales, sino también a negocios como bares y cafeterías, sobre todo si se tiene en cuenta que en Lima solo hay 16 galerías, mientras que en ciudades como Bogotá, capital de un país con una economía similar a la peruana, hay aproximadamente 60 galerías.
¿A qué atribuye esa capacidad de expansión?
A la socialización del arte, lo cual tiene sus ventajas y desventajas. La principal ventaja es que cada vez más gente se interesa y lo otro es que puede que no haya una correcta valoración del arte. Esto último puede ocurrir en el Perú si tenemos en cuenta que no hay publicaciones especializadas en la crítica de esta actividad y a la desestructuración que todavía se aprecia en el mercado local.
¿Hay que educar más al consumidor?
En efecto, sobre todo por lo que explicaba hace un momento: está muy encasillado en el arte referido solo al Perú y no mira el trabajo de artistas extranjeros. Hay esfuerzos como el del Museo de Arte de Lima, pero todavía queda mucho por hacer.
Las tiendas por departamento han hecho posible que cada vez más personas adquieran artículos de decoración para el hogar. ¿Cree que esto impulse la venta de obras de arte como una forma de sofisticación del consumidor?
Creo que sí. Recordemos que el sentido aspiracional es la base de la mejora del nivel de vida y esto puede ayudar a que una persona que compraba un cuadro hecho en serie pase a comprar uno de un artista reconocido. El arte también es sinónimo de estatus, lo cual nos lleva a recordar otro detalle: las personas de mucho dinero son los principales compradores.
¿Se tiene un estimado de cuánto mueve el mercado peruano del arte?
Ese dato es difícil de conseguir porque el mercado no está ordenado, pero sí puedo decir que este es un sector que en el mundo mueve entre US$20 mil millones y US$30 mil millones, con un incremento promedio de entre 10% y 12% anual desde el 2000.