Petro-Perú ha iniciado reuniones con las comunidades y empresas petroleras de la selva norte a fin de encontrar una solución a las continuas paralizaciones del Oleoducto Norperuano, infraestructura cuyo mantenimiento le hace perder a la estatal cerca de US$20 millones al año.
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“Lo que estamos haciendo es el papel de articulador entre la industria petrolera y el oleoducto, del cual somos operadores logísticos. Lo que necesitamos es promover la industria petrolera en la selva”, señaló Carlos Barrientos, gerente general de Petro-Perú.
Explicó que, para ello, han sostenido varias reuniones con Geopark (lote 64), Perenco (lote 67), Frontera Energy (lote 192), Petrotal (lote 95) y Pluspetrol (lote 8), empresas, todas, que evacuan o podrían evacuar su producción por el oleoducto.
“La idea es que estas petroleras tengan las condiciones económicas y sociales que les permitan producir más, lo cual implica que Perú-Petro y las comunidades estén de acuerdo”, indicó.
Eso significaría que Perú-Petro acepte renegociar regalías con los operadores petroleros, como ha propuesto Carlos Gonzales, gerente de Enerconsult. Ello permitiría que incrementen reservas y, por ende, también su producción.
CAMPAÑA SOCIAL
En cuanto al tema social, Beatriz Alva Hart, gerente de relaciones comunitarias de Petro-Perú, señaló que esta empresa se halla inmersa “en una campaña muy agresiva de relacionamiento social”.
“Por ejemplo, tenemos 18 meses de paz social en el Tramo 1 del oleoducto, que ha tenido 14 cortes en el 2018”, dijo.
Señaló que esto es producto del sistema de desbroce de vía y alerta temprana que han implementado en dicho tramo, el cual permite que sean las mismas comunidades las que mantienen limpiar el oleoducto de la erosión.
“Ese mismo sistema lo vamos a aplicar en Ramal Norte y Tramo 2”, apuntó.
Barrantes fue enfático en señalar que si no se llega a un acuerdo integral en el oleoducto, las empresas tendrían que sacar el petróleo por otro lado. “Entonces, no habría canon ni regalías, que benefician a las comunidades”, añadió.