Durante los primeros nueve meses del 2016, los principales proyectos en infraestructura –concesionados entre el 2013 y 2014- continuaron registrando avances en el desarrollo de obras físicas, aunque a un ritmo menor al esperado, señaló un reporte de Scotiabank.
Scotiabank se refiere a lo más importantes proyectos de infraestructura de transporte como Línea 2 del Metro de Lima y Aeropuerto Internacional de Chinchero -ambos supervisados por el Ositran-. A estos se les suman proyectos como el Gasoducto Sur Peruano –supervisado por el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin)- y el Proyecto de Modernización de la Refinería de Talara (PMRT) – a cargo de PetroPerú-.
"Lo antes mencionado se debió a que cada proyecto tiene características particulares y enfrentan diversos obstáculos que dificultan su avance –liberación de terrenos, financiamiento de obras, cambios en la composición accionaria, entre otros", indicó el banco.
PERSPECTIVAS DE LOS PROYECTOS
Scotiabanak señaló que esperan que el monto de inversión en infraestructura se incremente en los primeros meses del 2017, dependiendo de la superación de diversos inconvenientes para el avance de las obras.
Entre los cuales mencionan: concretar cierres financieros –para continuar con las siguientes etapas de los proyectos-, contar con terrenos libres de interferencias –reduciendo tiempos para la liberación de predios y saneamiento legal-, obtener todos los permisos, y finiquitar estudios finales requeridos en cada proyecto.
"De concretarse ello, preveemos que el monto invertido en infraestructura durante el 2017 sea mayor a lo que se alcanzaría al cierre del 2016", sostuvo.
A nivel desagregado, Línea 2 del Metro elevaría su monto de inversión para el 2017, siempre y cuando vaya superando el principal escollo en el desarrollo del proyecto que es la disposición de terrenos.
Se espera que en los próximos meses ya se pueda contar con las condiciones necesarias para la construcción de las primeras cinco estaciones de la etapa 1A del proyecto en cuestión –incluyéndose liberación de terrenos, liberación de interferencias de servicios y saneamiento legal-.
A la fecha ya se estarían realizando obras en las dos primeras estaciones de la etapa antes mencionada –con excavación de túneles bajo métodos convencionales-. En lo que se refiere a las dos máquinas tuneladoras, se espera que estas sean utilizadas para la etapa 1B y etapa 2 –ambas etapas con 11 estaciones cada una en el trazo de la Línea 2-. De otro lado, se espera que a finales del 2017 se tengan ya concluidas 11 estaciones del proyecto –de un total de 35 estaciones entre el trazo de la Línea 2 y el ramal de la Línea 4-.
Durante el presente año se planeó ejecutar US$397 millones de inversión en el proyecto –de los cuales US$321 millones se destinarían a obras civiles-, según el Plan de Negocios presentado por el concesionario para el 2016.
De otro lado, se espera que las obras preliminares del futuro Aeropuerto de Chinchero se inicien en los primeros meses del 2017, dependiendo de que se concrete el cierre financiero del proyecto –el cual provee de recursos necesarios para el desarrollo del mismo-.
Luego de contar con este requisito, se iniciarían obras de movimiento de tierras –por parte del Estado-, realización de estudios, instalación de campamentos, entre otros, por un espacio de dos años. Después de ello se daría paso a la construcción de la infraestructura física en sí, lo cual demandaría un periodo de tiempo de entre dos a tres años. Si se cumplen con los plazos establecidos, se espera que el proyecto esté concluido para el año 2021.
Respecto al proyecto Gasoducto Sur Peruano, éste depende de varias condiciones para continuar, siendo la principal la obtención de nuevos recursos para el reinicio de obras –a setiembre del 2016 se registró un avance del proyecto de 36% sobre un avance programado de 63%-.
Es así que luego de que el consorcio cuente con una nueva estructura accionaria –tanto en la estructura de operación como de construcción-, se podría concretar el cierre financiero del mismo, el cual consta de la obtención de fondos por un monto aproximado de US$ 4,125 millones.
En paralelo, el avance del proyecto también depende de nuevas condiciones a ser negociadas con la actual administración estatal –en las que se incluye plazos de entrega, aspectos vinculados a garantías financieras, entre otros-.
En lo que se refiere al desarrollo del proyecto de Modernización de la Refinería de Talara, se espera que el proyecto alcance un avance de alrededor de 50% para finales del 2016.
En esta misma línea, se estaría evaluando la modalidad de financiamiento para obtener recursos que permitan continuar con el desarrollo del proyecto. En particular, se estaría evaluando financiarse vía un crédito sindicado –por un monto de aproximadamente US$ 1,500 millones-, o una emisión de bonos -por un monto aproximando de US$1,000 millones con garantía del Estado. Con ello, se espera que las obras del proyecto estén concluidas para finales del año 2019.