Hace diez años, Scott Lazerson se tomó tres meses libres de su trabajo como estratega independiente de medios, pero a manera de sabático o como vacaciones. Estaba en la etapa 3 de un cáncer que afectaba sus testículos y había quedado tan mal después de haber comenzado su segundo curso de quimioterapia que simplemente no podía trabajar.
"Creo que me lo pasé en la cama la mayoría del tiempo", dice Lazerson, ahora de 44 años, y residente de Utah, en Estados Unidos. "Estaba muy enfermo".
Aunque Lazerson acudió a la seguridad social de su país para cubrir el ingreso faltante, nunca recibió ni un centavo: en su país los beneficios por incapacidad no comienzan a pagarse antes de que la persona tenga seis meses sin trabajar.
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Para colmo de males, como dueño de su propia empresa de relaciones públicas, Lazerson no tenía una póliza de seguro que cubriera la circunstancia de incapacidad ni un empleador en quien apoyarse.
Gracias a que su esposa consiguió algunos trabajos como consultora lograron pagar las cuentas más importantes y la pareja recibió algo de ayuda financiera de familiares y un exjefe que les pagaron la hipoteca por tres meses.
"Tuvimos que reducir todos los gastos. Estábamos verdaderamente en modo de supervivencia", dice Lazerson.
Y su caso no es único. Un sorprendente número de pacientes con cáncer no reciben ningún apoyo económico de la empresa para la que trabajan o del gobierno en caso de una crisis médica, bien sea porque el empleador no lo ofrece, porque ellos decidieron no adscribirse o porque no llenan los requisitos.
Aquellos que sí tienen esta ayuda sólo reciben una fracción de su salario promedio. En consecuencia, muchos terminan endeudándose por grandes sumas de dinero.
En Estados Unidos, por ejemplo, un estudio de la división de Ciencias de la Salud Pública estimó que los pacientes de cáncer tienen 2,5 veces más posibilidades de caer en bancarrota.
Tener que someterse a tratamiento para el cáncer ya es bastante difícil. Estos son algunos consejos para minimizar el daño que la condición puede causar en el frente financiero.
QUÉ SE NECESITA
Te harán falta la entereza y la disciplina para manejar la posible caída de tu ingreso en momentos en que tus gastos médicos se incrementan de manera exponencial.
La mayoría de la gente no está preparada para una situación como un diagnóstico de cáncer, con la excepción de aquellos que han estado ahorrando en un fondo de emergencias.
Desde el momento en que te hagan el diagnóstico debes empezar a reducir gastos y a ahorrar tanto dinero como sea posible, por si tienes que ausentarte del trabajo con sueldo reducido o sin sueldo.
QUÉ HACER PRIMERO
Seguro médico. Si lo tienes, asegúrate de que entiendes los términos y condiciones. Generalmente la póliza será la que determine cuánto dinero sale de tu propio bolsillo.
Averigua lo que tu plan ofrece en términos de medicinas, asistencia en el hogar, terapia experimental para el cáncer y apoyo psicológico.
Si hay algo que no comprendes, llama a tu asegurador o al organismo oficial que administra los seguros. Lleva un registro de las fechas, las horas y los contactos de cada conversación.
Tener esta información te permitirá mantener los costos bajo control y optar por las estrategias menos onerosas para ti.
Beneficios públicos y privados. Investiga si te corresponden beneficios estatales y si tu empresa tiene algún programa para cubrir tu salario parcialmente durante una ausencia por enfermedad.
"Ten en cuenta que puede resultar prejudicial tratar de posponer el momento de darse de baja por enfermedad", dice Katherine Sharpe, portavoz de la American Cáncer Society.
"Algunos han tenido que hacer unos esfuerzos enormes para demostrar que no pueden hacer su trabajo después de haberse forzado por semanas a trabajar cuando apenas podían salir de la cama".
Si tienes un fondo de pensiones, es posible que incluya alguna clase de seguro de protección del ingreso. Investígalo. "Hay un plazo de espera antes de que estos pagos se efectúen, y la mayoría de la veces representan un porcentaje de tu salario", dice Annie Miller, gerente del Cancer Council NSW de Australia.
REDUCIR GASTOS AL MÍNIMO
Si tu ingreso disminuye, cada centavo cuenta. Renuncia a tus canales premium de televisión por cable y contacta a tus acreedores y a las compañías de servicios si crees que mantenerse al día con los pagos puede convertirse en un problema.
Recuerda que algunos costos pueden elevarse debido al tratamiento o la enfermedad misma. Es posible que tengas que ajustar el presupuesto si, por ejemplo, debes incluir alimentos costosos en tu dieta.
BUSCAR ASESORAMIENTO
"No esperes a encontrarte en una profunda crisis financiera para buscar consejo y ayuda en esta materia", dice Annie Mille.
"Los asesores financieros pueden actuar como tus representantes en la negociación de hipotecas o extensiones de crédito".
Empleo. Pregunta si es possible adoptar un plan de trabajo flexible. Dependiendo de tu área de trabajo y tu ocupación particular, es posible que puedas llegar a un acuerdo que te permita seguir trabajando, aunque sea a tiempo parcial.
Trabajar a distancia o en horarios flexibles puede ayudar, del mismo modo que planificar las citas médicas para el final del día o justo antes del fin de semana, de manera que tengas tiempo de recuperarte antes de que tengas que volver a tue escritorio.
QUÉ HACER A CONTINUACIÓN
Hazle seguimiento a tus gastos. En Estados Unidos, por ejemplo, es posible deducir los gastos médicos de los impuestos cuando se alcanzan ciertos límites.
SOLICITA AYUDA
"Muchas familias encuentran difícil apoyarse en otros o acudir a organismos públicos en busca de auxilio", dice Sharpe.
"Los gastos extra del cáncer podrían representar la primera vez que la familia se enfrenta a problemas de dinero. Pero deben recordar que esta clase de circunstancia generalmente es de corto plazo, y no es única", añade.
También puedes encontrar una gran cantidad de información en las organizaciones no gubernamentales y asociaciones locales relacionadas con el tema del cáncer.