El Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) es el tratado de libre comercio más grande del planeta: reúne a 12 economías de la región Asia-Pacífico que en conjunto representan el 40% del PBI mundial, lo cual reconfigurará el intercambio de bienes en el futuro cercano y consolidará a Asia como potencia comercial global.
Sin embargo, el TPP ha generado controversia en torno a temas como el acceso a medicamentos genéricos y de origen biológico; el acceso a mercados para productos agropecuarios, textiles, entre otros. También se ha dicho que se negoció en secreto y la sociedad civil demandó la pronta publicación del texto del acuerdo, lo cual se concretó el pasado jueves 5 de noviembre y está formado por 30 capítulos consignados en aproximadamente 2.000 páginas en idioma inglés, con cargo a revisión legal de los 12 países y a la traducción al castellano y francés, los idiomas oficiales del bloque. Aquí el análisis que se hizo –en el corto tiempo que tiene de haberse hecho público el texto– de algunos puntos de este importante megaacuerdo.
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1. INDUSTRIA
Hace unos meses el sector textil-confecciones peruano mostró su preocupación porque en el TPP se estaban dando los pasos para que sus pares de Vietnam, una industria con un fuerte componente estatal y que cuenta con subsidios, obtuvieran las mismas condiciones preferenciales que tienen las firmas peruanas en Estados Unidos.
Conocido el texto final del TPP sobre el tema, Silvia Hooker, gerenta de comercio exterior de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), afirma que si bien Vietnam ha ganado preferencias, se ha establecido un mecanismo completamente nuevo en el mundo para descubrir, mediante herramientas como la triangulación de información, si alguna de las partes del acuerdo ejecuta una práctica de dumping.
Este mecanismo es importante si se tiene en cuenta que los aranceles para este sector serán eliminados de manera inmediata, mientras que para los más sensibles se requerirá un proceso más largo. Esto representa una gran ventaja para la industria vietnamita.
Pero esto no es lo único acordado en materia industrial. También el acuerdo permite la aplicación de una salvaguardia de transición –mecanismo de defensa comercial contemplado por la Organización Mundial de Comercio (OMC)– en caso las importaciones se incrementen como resultado de los recortes arancelarios, causando daño grave en la industria nacional.
2. MEDICAMENTOS
El tema más mediático y controversial en el TPP es el tiempo de protección de datos de prueba –que son los ensayos clínicos que demuestran la eficacia de un fármaco y que este no cause efectos secundarios– para los medicamentos de origen biológico, que están en una etapa inicial de desarrollo y que son usados para tratar enfermedades como el cáncer o el VIH/sida.
El TPP da dos opciones de protección de estos datos: 5 y 8 años. En lo referido a la primera alternativa, el acuerdo especifica que por razones comerciales esta se puede extender a 8 años.
No obstante, en las disposiciones finales del capítulo de propiedad intelectual, se especifica claramente que para el caso peruano, la protección es solo por cinco años y comienza a regir luego de una década de haber entrado en vigencia el acuerdo, tiempo en el que deberán haberse implementado todos los aspectos legales para otorgar esta protección.
En el texto del acuerdo también se afirma que los 12 países deben asegurar la posibilidad de otorgar patentes en por lo menos uno de los siguientes casos: segundo uso de un producto conocido, nuevos métodos de uso de un producto conocido o nuevos procesos de uso de un producto conocido. Leído el artículo de este modo, da a pensar que se abre la posibilidad de que el Perú comience a otorgar patentes de segundo uso para los medicamentos, lo cual colisiona con la norma interna. Sin embargo, al final de este artículo se especifica que una de las partes puede no otorgar las reivindicaciones referidas al segundo uso de un producto.
“Muchos países del bloque otorgan patentes de segundo uso para medicamentos, por lo que el Perú, ni ningún otro miembro, puede obligarlos a cambiar su legislación. De igual modo, ellos no pueden obligarnos a cambiarla y por eso se especificó la excepción referida a la patente de segundo uso de un producto”, explica Teresa Mera, funcionaria del Ministerio de Comercio Exterior encargada de la negociación del capítulo de propiedad intelectual.
Otra preocupación que surge con la protección de datos de prueba, según señala Carlos Posada, director de la Cámara de Comercio de Lima, es que la solicitud y el otorgamiento de la misma puede evitar el desarrollo de las versiones genéricas de estos fármacos de última generación.
“Los laboratorios pueden comenzar su trámite de protección al faltarle poco tiempo para que la validez de la patente expire, pero continuar impidiendo la comercialización del producto”, explica Posada.
Teresa Mera afirma que si bien esto es algo que puede suceder, las estadísticas señalan que es una práctica poco común entre los laboratorios.
Pero, además, este capítulo trae una novedad: el reconocimiento y la cooperación para la protección de los conocimientos ancestrales y la biodiversidad, lo cual fue propuesto por el Perú en vista de que somos uno de los 17 países megabiodiversos del planeta y bajo la premisa de que el desarrollo del país en los próximos 50 años se basará en la biodiversidad y en los productos que pueden derivarse de la misma.
3. SIN GUERRA DE MONEDAS
Algo que ha llamado la atención es que, a la par que se hizo público el texto final del acuerdo, los doce países emitieron una declaración conjunta, en la que manifiestan el compromiso de no llevar a cabo una guerra de monedas, con el fin de evitar “devaluaciones competitivas”.
Los estados firmantes se comprometen a “evitar manipular las tasas de cambio [...] para obtener una ventaja competitiva desleal”, reportó la agencia AFP el jueves pasado.
Según el análisis hecho por los agentes económicos, esta declaración apunta implícitamente a China, país que no participó de las negociaciones pero es acusado por Estados Unidos de depreciar artificialmente su moneda para impulsar sus exportaciones. Esta declaración también responde a la exigencia de algunos congresistas estadounidenses con el propósito de obligar a China a adoptarla en caso busque adherirse al acuerdo en algún momento.
LARGA APROBACIÓN
El final de las negociaciones del TPP ha marcado el inicio de un largo camino en busca de su aprobación y posterior entrada en vigencia, el cual será complicado si se tiene en cuenta que el viernes 6 de noviembre –a solo un día de haberse publicado los textos– el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado estadounidense, Orrin Hatch, dijo que los negociadores podrían tener que volver a la mesa.
“Entiendo que la renegociación podría ser difícil, particularmente con tantas partes involucradas [...] pero, al final, la alternativa a la renegociación bien podría ser no tener el TPP”, dijo Hatch, según un cable de la agencia de noticias Reuters.
Pero la oposición al TPP en Estados Unidos –el principal impulsor del acuerdo– no solo proviene del senador republicano, sino también de la ex secretaria de Estado y favorita a la nominación presidencial demócrata, Hillary Clinton. Según el análisis de Koichi Hamada, asesor económico especial del primer ministro japonés, Shinzo Abe, Clinton busca asegurarse con esta actitud los votos de los sindicatos de la industria automotriz estadounidense. Se debe mencionar que en un inicio Clinton consideraba al TPP como el “patrón de oro” de los acuerdos comerciales.