La transición energética global hacia nuevas fuentes de energía no brinda la visibilidad necesaria a las empresas para invertir a largo plazo. Digitalizar y descarbonizar son los nuevos retos para Roberto Bocca, jefe de Industrias Primarias y Energéticas del Foro Económico Mundial (WEF), quien participó en el II Foro Global de Energía de Osinergmin.
—Ha dicho que la digitalización de la red eléctrica es una realidad inminente. ¿Cuándo sucederá?
Muy rápidamente. La digitalización del sistema energético está ocurriendo. Hay diferentes tecnologías en cada país, pero ya está sucediendo. Aunque nadie sabe cómo será. El sistema energético del pasado era muy claro, el nuevo está llegando. Es importante que el regulador y el sector privado trabajen juntos para evaluar cómo puede ser este futuro.
—¿Cuál es el rol del sector privado en la digitalización?
El sector privado va a necesitar cierta visión para saber dónde invertir. Pero tenemos que pensar que el sector privado no va a hacer grandes inversiones como en el pasado.
—¿Por qué no?
Porque la visibilidad no está ahí todavía. Hay una visión de la dirección de la transformación, pero no hay claridad. Si antes estabas en una compañía de gas o petróleo, podías invertir con un horizonte de 30 a 40 años. Hoy es difícil pensar que puedes tener el beneficio en ese plazo. Por eso, creo que las inversiones van a estar más focalizadas y optimizar el despliegue de su capital.
—¿Cuán relevantes son los ataques cibernéticos en ese contexto?
Tenemos dos opciones: nos quedamos en la era analógica, es decir la prehistoria; o los asumimos y ponemos los controles para que estos riesgos no se vuelvan realmente amenazas y problemas.
—Otra tendencia global es la descarbonización del sector energético. ¿Qué presión representa para las industrias el Acuerdo Climático Global, producto de la COP 21, que entró en vigencia desde el 4 de noviembre pasado?
La presión es enorme. La semana pasada, 10 compañías petroleras reconocieron en Londres que van a invertir en investigación de tecnologías para una economía descarbonizada. Cuando las grandes compañías industriales quieren hacer cambios, los hacen. Hay una convergencia del sector privado con el público. Esto nos da esperanza. Estamos al comienzo del camino.
—¿Cuánto influirá la política de ‘enverdecimiento’ de la economía de China? China, India y EE.UU. son los grandes consumidores de carbón. Su política no solo apunta a reducir emisiones de CO2, sino también la contaminación. Asimismo, la gente está preocupada por su salud.
—¿Qué desafíos tiene el Perú para alinearse en esta transición?
Más que un desafío, es un incentivo para ver cómo la digitalización y el sistema energético van a interactuar. Mirar el sistema energético de forma aislada es un concepto viejo. Todo esto va a cambiar el patrón de la demanda, quizá sea más eléctrica o de otro tipo. Es muy importante mirar todo esto de forma holística, no solamente dentro del sistema energético sino del progreso de otros sectores.