Petro-Perú hizo noticia en los últimos días por dos eventos disímiles: una alarma de desabastecimiento de combustibles para aviación, que no llegó a mayores. Y su ingreso oficial al lote petrolero 192, el más grande del país. En el tintero tiene también otros proyectos, como su ingreso a los lotes de Talara y la masificación del gas natural.
Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy y exministro de hidrocarburos de Bolivia, advierte, sin embargo, que la petrolera estatal no tiene dinero ni recursos para atender estos encargos adicionales debido a su débil situación económica.
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—Petro-Perú alertó en días previos un posible desabastecimiento de combustibles para aviación debido a oleajes que impedían su desembarco en Lima. ¿Es la única explicación?
El mundo está complicado en abastecimiento de combustibles, principalmente, de diésel. Países como Argentina y Sri Lanka están sufriendo de eso. No es un tema particular del Perú o de Petro-Perú, sino más bien global. Pero Petro-Perú tiene su problemática propia.
—¿Qué problemática?
En este contexto el flujo de caja es importante. La refinería de Talara es una inversión demasiado grande, que se ha demorado mucho. Y eso le quita flujo de caja a la empresa. En este contexto, Petro-Perú tiene que salir a comprar combustibles al mundo presentando las garantías debidas. Pero su calidad crediticia ha bajado, así que le es más difícil apalancar la compra, especialmente con entregas a futuro.
—¿Esto perturba el abastecimiento de combustibles?
Los combustibles están escasos y con pre-compras, muchas veces, y eso está perturbando el abastecimiento futuro de jet fuel y diésel. Hay oleajes también, pero el problema de Petro-Perú es mucho más complejo. El oleoducto no funciona. El lote 192 cuesta mantenerlo. Entonces, está acumulando una serie de activos donde tiene que poner plata para que no produzcan nada. ¿Por qué no concesionar el oleoducto, por ejemplo?
—¿Esa sería una alternativa?
Sí. Mientras tanto, Petro-Perú está ahogada y atrapada sin salida.
—¿No hay alguna posibilidad, desde su óptica, de que Petro-Perú opere uno o varios lotes petroleros?
Todo el mundo pide que Petro-Perú ingrese al upstream por la puerta grande, pero no puede abarcar todo lo que tiene. No puede invertir. Tiene abandonado el lote 192. También el oloeducto. Tiene problemas con la refinería de Talara y le quieren dar más activos que requieren plata y recursos de tiempo y demás. Entonces, creo que Petro-Perú no está preparada para tomar los activos de Talara cuyos contratos van a vencer.
—¿Qué debería hacer la petrolera estatal con esos lotes?
Lo más sano es que Perú-Petro licite esos lotes, invite a los postores que crea conveniente y que Petro-Perú entre a competir buscando alianzas. Pero darle preferencias para que luego nadie se postule puede ser perjudicial para la producción petrolera del norte del Perú.
—Humberto Campodónico encontró mucho desorden al entrar a Petro-Perú. Entiendo que está trabajando para resolver los problemas. ¿Qué debería hacer?
Los que quieren a Petro-Perú tienen que blindarla del poder político de turno, y eso se hace muy fácil: eligiendo bien a los directores, al presidente del directorio y a los gerentes, que deben ser una cúpula ejecutiva y no política. La situación de Petro-Perú ya venía complicada, pero hemos visto como en los primeros siete u ocho meses de este gobierno han terminado de destrozarla. Entonces, si esto sigue, Petro-Perú va a terminar pidiéndole más plata al Estado. Entonces, no es buen momento para que asuma los lotes.
—¿La licitación por parte de Perú-Petro sería la mejor opción?
Hay que dejar que Perú-Petro haga su licitación. Pero si no se blinda a Petro-Perú del poder político, no podrá ni asociarse. No podrá levantar financiamiento en el mercado internacional, como lo hace su par colombiana, Ecopetrol. Pero con un buen blindaje las empresas que tienen activos salen adelante porque el mundo las ve alejadas de decisiones políticas. Petro-Perú no tiene hoy esas cualidades.
—¿Y cómo se pondría en práctica ese blindaje?
Ese blindaje debe salir por ley.
—¿Del Congreso?
Del Congreso. Y yo creo que desde dentro de Petro-Perú hay que lanzar la idea del blindaje. Se trata de eso: de cómo blindamos a Petro-Perú para que sea una empresa que no esté sometida a los vaivenes de la política de turno.
—¿Es algo que se podría lograr en este gobierno?
Yo creo que los que quieren a Petro-Perú deberían defender esa idea. Porque hay mucha gente que está en contra de Petro-Perú. No es mi caso. Pero los que están a su favor deberían salir con una idea inteligente. ¿Qué hacemos? Hay que sincerar la situación de Petro-Peru y presentar una solución que va por el blindaje. Caso contrario, será una carga para los peruanos.
—¿Entonces las prioridades deberían ser blindar a Petro-Perú y sacar adelante la refinería de Talara?
Claro. Paralelamente hay que seguir trabajando con la refinería. Pero el blindaje debe ir de tal manera que en ocho meses o un año Petro-Perú se convierta en una empresa totalmente diferente con una característica empresarial y corporativa en vez de ser una empresa corporativa y sindicalizada.
—¿Entonces, cae por su propio peso que Petro-Perú no puede masificar el gas en otras regiones?
Si no tiene plata ni para pagar sus cuentas, cómo va a invertir en la masificación del gas. Petro-Perú no puede manejar lo que tiene actualmente. Entonces, será muy difícil que maneje más carga. La empresa se está cayendo. Viene con deudas y activos no productivos. La solución es blindarla.