El 10 de febrero, Rusia anunció al mundo que reduciría voluntariamente su producción de petróleo en 500.000 barriles diarios (bd) para marzo, esto como consecuencia del tope impuesto por el Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), Australia y la Unión Europea (UE) al crudo y los derivados rusos por su campaña militar en Ucrania, según informó la Agencia EFE. Este panorama limitaría la oferta de petróleo en el mundo.
La decisión rusa se dio luego de que en diciembre pasado se estableciera un tope al petróleo de Rusia de US$60 el barril, y que el 5 de febrero entrara en vigor otro tope a los productos petroleros rusos (gasolina y diesel) de US$100 el barril y de US$45 para los derivados que se venden con descuento sobre el petróleo.
Vladímir Putin publicó un decreto, que entró en vigor el 1 de febrero, que prohíbe la venta de crudo ruso a un precio tope, aunque el mandatario puede hacer excepciones sobre la base de una decisión especial, informó la agencia de noticias EFE.
¿Cómo esto afecta al mercado global?
Según Alberto Arispe, gerente general de Kallpa SAB, la producción de Rusia es importante porque es el 8% del petróleo global. Sin embargo, aseguró que el mercado ya habría descontado este porcentaje el año pasado. Para él, este año pesarán más los factores de demanda. Además, prevé un enfriamiento de la economía global debido a las altas tasas de interés. Ambos elementos no favorecerían al aumento del precio del petróleo. “En épocas de crisis [como en 2009 y 2020], el precio del crudo bajó a menos de US$40. Si se viene un enfriamiento económico importante, el crudo puede bajar fuertemente”, explicó.
Para Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, es necesiario tener claro que existen dos fuerzas encontradas en el mercado de petróleo a nivel mundial. La primera es la oferta que propone Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Esta permite que el crudo se mantenga en niveles elevados; y, la segunda, es que la economía mundial se desacelera de forma importante y que aún mantiene la posibilidad de una recesión.
Tanto Arispe como Velandia concuerdan en que el precio del petróleo podría mantenerse en los niveles actuales. Velandia señaló que esto puede depender de las actuaciones en términos de oferta por parte de la OPEP y de Rusia, aunque sin descartar la posibilidad de que el precio caiga un poco más.
César Gutiérrez, ex presidente del Directorio de Petroperú, comentó que, las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), hasta el momento se han cumplido. Y, por tanto, no veríamos una variación en el precio del petróleo, sino que este se mantendrá en el ratio prometio de US$79 el barril durante el 2023.
¿Qué podría pasar en la región y en el Perú?
Al respecto, Velandia comentó que de existir caídas en el precio del pretróleo, los países de la región se verán afectados de diferente forma. Colombia, por ejemplo, podría tener resultados negativos al ser el mayor exportador neto de petróleo en la región. Por otro lado, Chile se vería beneficiado por la caída de los precios energéticos al ser el mayor importador neto de petróleo en la zona.
Perú, por su parte, será el punto intermedio, concuerdan los especialistas. Para Velandia, si las caídas en el precio del petróleo continúan, esto favorecerá en términos de intercambio al Perú y “podrían brindar algo de colchón para el crecimiento económico”, comentó.
Asimismo, Arispe resaltó que si el precio del petróleo es más bajo, esto favorecerá no solo al Perú, sino que será un ‘driver’ para la mejora de la inflación a nivel mundial.
¿Y los combustibles en el Perú?
Por otro lado, si es que el precio del crudo se mantiene y no baja, ¿qué pasa con el precio de los combustibles?
En el Perú, el diésel es el principal combustible que se consume, pues es casi el triple que los gasholes, explicó Gutiérrez. Por ello, es necesario que miremos como país el costo del insumo del diésel que proviene desde la costa del Golfo de México, uno de los mercados que afecta directamente al Perú debido a que parte del petróleo importado por el Perú proviene de esa zona. En él se ve una tendencia a la baja en el costo del insumo del diésel de 70% (en el último trimestre del año pasado) a 52% en lo que va del año. Esto es positivio para el Perú. Gutiérrez considera que esta tendencia se mantendrá y, al ser así, los precios de los combustibles en el Perú también.