Retrato al óleo del vicealmirante Martin Jorge Guise realizado por el pintor republicano José Gil de Castro.  [Foto: Orlando Yantas]
Retrato al óleo del vicealmirante Martin Jorge Guise realizado por el pintor republicano José Gil de Castro. [Foto: Orlando Yantas]
Michel Laguerre Kleimann



El 4 de marzo de 1963 llegó a Lima el almirante de la flota británica lord Louis Mountbatten (tío del príncipe Felipe, duque de Edimburgo). En sus declaraciones a la prensa sostuvo que el Perú y Gran Bretaña estaban unidos por antiguos lazos de amistad que databan de la época de la Independencia, y concluyó: “Los restos del almirante Guise y del general Miller han encontrado un honorable lugar de eterno descanso entre vuestros héroes de esas épicas batallas, en el Panteón de los Próceres”.

Sin embargo, y tal como se pregunta el contralmirante Francisco Yábar Acuña, director del Museo Naval del Callao, ¿cuántos peruanos pueden citar con precisión quién fue Martin Jorge Guise? Muy pocos, se responde el historiador, fuera de los pequeños círculos académicos o de la Armada.

En el tomo primero de su Historia de la República, Jorge Basadre afirmó: “El Perú está en deuda con Martín Jorge Guise. […] Murió en el epílogo de una campaña que honra a la marina nacional, como un marino peruano, es decir como lo que había llegado a ser, en el uniforme y en el espíritu a partir de 1821 […] Reunió cualidades que siempre merecen elogio […]: el valor, la inteligencia, la caballerosidad, la constancia”.

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Martín Jorge Guise fue uno de aquellos prohombres de la Independencia. Con su dinámica actuación permitió no solo la emancipación del Perú, sino que, con ella, aseguró la de Chile, de las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina, Paraguay y Uruguay) y de la Gran Colombia (Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá).

El estudio y conocimiento de su vida nos abre un abanico de eventos que abarcan cuatro periodos, dos continentes y dos océanos. El primer periodo se refiere a su servicio en la marina británica, cuando luchó contra la Francia revolucionaria y luego contra Napoleón Bonaparte. El segundo comienza con su arribo a América del Sur, con su participación en la escuadra libertadora, y finaliza con su incorporación a la germinal organización naval peruana.

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ENSAYO

Guise. Un marino británico-peruano para todos los tiempos
Michel Laguerre
Editorial: Asociación Cultural Peruano Británica
Páginas: 256
Precio: S/ 100,00

La tercera y cuarta fase está marcada por su papel en nuestra Armada durante la guerra que sostuvo el Perú contra la Gran Colombia, a mediados de 1828, debido a los planes dictatoriales de su otrora libertador Simón Bolívar. Durante este conflicto, que terminó con el triunfo peruano, se produjo la muerte del vicealmirante Guise. Ocurrió la noche del 23 de noviembre de 1828 después del exitoso ataque peruano al puerto de Guayaquil. Cuando se retiraba del lugar, la fragata Presidente, que comandaba el marino inglés, encalló de manera accidental, y se puso a tiro de las maltrechas baterías enemigas. Después de diez horas de resistencia, la nave volvía a ponerse a flote, pero uno de los disparos hirió mortalmente a Guise. Tenía entonces 48 años.

A finales de enero de 1829, sus restos llegaron a Lima —donde fueron amortajados con el hábito de San Francisco—, y fueron velados por el Gobierno, el pueblo y su familia.

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Guise había servido a la Royal Navy desde 1794, donde llegó a tripular 15 buques, y a estar bajo las órdenes de grandes marinos como George Berkeley, John Monkton, Charles Stirling y John Child Purvis. Para mediados de 1818 ya se había revelado su clara postura a favor de la independencia americana. El 24 de julio de ese año le escribió a Miguel Zañartu Santa María, agente del gobierno de Chile en las Provincias Unidas, sobre el motivo de su arribo a estas tierras: “Conmovido de deseos de asistir en la obra grande a que aspiran los Estados independientes de Sudamérica, y firmemente persuadido de que la causa que estos pueblos defienden debe interesar a todos los hombres libres de cualquier nación, sacrifiqué la consideración de las comodidades que en mi país nativo, Inglaterra, podía haber disfrutado”.

Su nombre se une de esta forma al de otros próceres y libertadores recordados en el Perú y el continente, como Bernardo O’Higgins, José de San Martín, Simón Bolívar, Luis José de Orbegoso, Andrés de Santa Cruz, José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete, Faustino Sánchez Carrión y José Bernardo de Tagle y Portocarrero.

Su lápida, anteriormente ubicada en el Cuartel de la Resurrección del cementerio general, resume así sus hazañas: “Al dios de los ejércitos, Martín Jorge Guise, natural de Inglaterra y vicealmirante del Perú. Murió el 24 de noviembre de 1828 arrasando las fortalezas de Guayaquil, desde donde era amenazada la libertad de la República. Combatió con audacia, cayó con gloria, expiró con júbilo cuando al levantar sus ojos por última vez al cielo se vio sombreado por el pabellón peruano que flameaba victorioso. Las lágrimas de la familia que le dio su nueva patria hacían más solemne el duelo nacional”.

No menos certera fue la inscripción del túmulo que se armó en la catedral de Lima para sus honras fúnebres. Ahí se leía con sobriedad: “El Perú a su vicealmirante Guise”.

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