El distanciamiento físico que se ha generado como consecuencia de las medidas sanitarias adoptadas frente al COVID 19, ha generado la necesidad de que los modelos empresariales y los servicios profesionales se adapten a esta “nueva normalidad”, una de las consecuencias de la crisis será, que en el futuro próximo veremos en las empresas, una transformación de la cultura corporativa hacia un modelo más flexible, que contemple diferentes modalidades de trabajo y que se verán reflejadas en los espacios laborales, en modelos más adaptativos y colaborativos, con espacios diseñados en función de estos nuevos modos de trabajo y en las actividades que desarrollan los trabajadores, pero básicamente, centrados en la salud y en la seguridad.
Para la colaboración e interacción
Después de haber vivido la experiencia positiva del trabajo remoto (incluida la fácil y rápida migración de miles de trabajadores en plazos muy cortos) y observado tal como indica Nicholas Bloom, en un estudio realizado por la universidad de Stanford, el aumento de la productividad de los trabajadores en esta modalidad, de hasta un 13%, las empresas deberán tener muy claro cuáles son los motivos que nos harían volver a los espacios de la oficina, y quizás la respuesta se encuentre en el tipo de interacciones que se necesitaran que ocurran entre los trabajadores en el espacio físico, para lograr generar un sentido de engagement y pertenencia hacia la empresa.
Se prevé que la migración de talento luego de esta experiencia puede ser muy alta, pues ha quedado demostrado que hoy, desde casa, podemos trabajar para cualquier empresa, en cualquier lugar del mundo, y para las empresas resultará sumamente atractiva la captación de talentos que ya no tendrían que mudarse a ciudades con costos de vida muy altos.
Para que las empresas y los espacio corporativos sigan siendo atractivos para los talentos, los espacios tendrán que transformarse a partir de definir normas tanto presenciales como virtuales para la nueva convivencia, las empresas deberán pasar por un proceso de redefinición y cambios para gestionar las nuevas formas de trabajar, transformando la cultura corporativa hacia nuevos modelos más flexibles y sobre todo seductores, pensados no en procesos temporales, sino comprendiendo que este es el futuro que acaba de llegar, y donde la razones principales por las que los trabajadores quieren regresar a la oficina se centran en las reuniones con los colegas, la sociabilización y la interacción en los proyectos; es decir, por la gente, con lo cual podemos concluir que los espacios de trabajo se utilizarán fundamentalmente para la innovación, la cocreación y la colaboración.
Nuevas políticas y protocolos
Hoy las empresas se enfrentan a la planificación del retorno de los empleados a las oficinas, con nuevas políticas y protocolos que implementar, adoptando cambios dentro de la cultura organizacional que contemplen nuevas formas de trabajo y que permitan equilibrar la continuidad del negocio con la seguridad de los empleados durante los próximos meses.
Si pensamos hacia el futuro deberemos tener en cuenta la necesidad de una mayor calidad de los espacios de trabajo, con oficinas menos enfocadas en el escritorio como la unidad de medida y más enfocados en las experiencias y en las actividades colectivas y colaborativas, donde podremos ver una combinación de oficinas más pequeñas, pero más eficientes, con más personas trabajando de manera remota y menos personas físicamente presentes, pero con más y mejores espacios para cada una de ellas.
*Rudolf Giese es Director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL)