Dennis Angulo, poeta electoral
Dennis Angulo, poeta electoral
Jaime Bedoya

La poesía ilumina las tinieblas. Esta frase era cierta hasta la irrupción de Dennis Angulo (Casma, 1969) en el escenario poético. Desaparecido desde las últimas elecciones municipales, el vate casmeño, obsesionado con la minucia política local y el feble efectismo de la rima fácil, reaparece con la publicación de Poesía subsanable (Poemas como cancha)"*. A lo largo de 236 páginas que son una ofensa para los árboles, Angulo deambula entre las miserias del actual proceso electoral, regodeándose en su verso. 
     No varía un ápice su estilo. Aunque sorprende un Angulo más humano, inclusive reconciliatorio: 

El príncipe y la princesa

¡Chavista!, ¡Pituco!
¡Taurino!, ¡Terruca!
El Barnechea y la Mendoza
se dicen cada quien cada cosa
que perturba, que marea,
y a esta campaña entrega
una tensión libidinosa.

Barnechéveres, Verolovers:
del odio hagan caso omiso,
cuando al cuerpo se le antoja
de dos hace una sola cosa.
Del primero, príncipe misio,
de la segunda, princesa roja.
Aun sin tener gestión, 
dense una oportunidad
de ofrecer a la nación
lo que esta requiere ver:
—una ilusión, un hito— 
lograr la gran unidad 
entre El Juanito y La Bonbonniere.

Retoma su agresividad, en presumible reivindicación vallejiana, al intentar el juego de trilce (triste + dulce), pero con las palabras Acuña y pezuña.

Acuzuña

A la democracia eres reacio
no va con tu mente aviesa,
tanta plata viene con presa:
tus yanaconas en palacio,
esbirros de poca gracia.
¡Anel, llévale el cartapacio!
¡Andrade, recoje la mesa!

Aun con otros personajes menos afines a sus simpatías, Angulo sorprende ofreciéndoles un puente de plata hacia la trascendencia:

Presidente moral              

Maciste de Alfonso Ugarte
tú tuviste la audacia,
a punta de lapo y combo,
de abrirle paso a tu estampa;
ese tanque, ese bombo
que ocupa tu contumacia.

Hiciste lo que pudiste,
pero acabado el apogeo
ahora yo te propongo
—tome nota el notario—
que postules con jubileo
a ser primer mandatario
de la República del Teteo.


El legado eterno de Cabana

Te hiciste solo, a mano.
Diste al país variedad
dándole clase y altura al estado de ebriedad.
Pero piensa en lo que vendrá, medítalo con sapiencia.
Te pido Toledo, mi hermano:
¡deja tu hígado a la ciencia!

Esta propuesta de una segunda vida ajena a la política profundiza en temas más hondos, rozando misterios insondables como los de la propia identidad e inclusive el albur de otra vida después de esta:

Solo está mi almohada

A veces regresas, borracho de angustia
al jardín helado, a tu carpa mustia
durezas que al héroe son como el almíbar
(y cuando el dormir se haga pesado
a una cuadra está el hotel Bolívar).

Vuelve a tu carpa, abraza tu almohada.
Escucha tan solo a José José:
ese cantar será tu coartada,
un barco que zarpa a mejor destino.
¡Sueño que dulce se deshilacha!
Donde no hay jurados, ni tachas, ni chinos.
Solo la voz de José José.

Calidad de vida

Pedro Pablo, yo te respaldo.
te talqueo, te cambio y te cargo.
Sé que de votos esperas alud.
Pero espera sentado con tu papagayo,
toma tu sopa, bebe tu aguayo.
Y ten a la mano presto el Dencorub.

En lo que constituye la pièce de résistance de "Poemas subsanables", Angulo se vale de la sutileza poderosa del lenguaje, así como de una respetuosa alegoría a lo Kazantzakis en "La última tentación de Cristo" para demarcar claramente su deslinde de las infracciones antidemocráticas:

Keiko y la virgen

Fue una amiga doncella
que me dijo, alma bella 
sin adorno ni disimulo:
Angulo, yo no reculo.
Dile a tu amiga Keiko (como quien la saluda):
Mamita, qué tal pechuga,
¡Yo soy virgen, no cojuda!

(*) Según Angulo, el poemario será presentado este miércoles 23 de marzo en la librería El Virrey, a la hora del Perú vs. Venezuela, por los señores Dante Trujillo y Ricardo Belmont. Ninguno de los dos ha confirmado su presencia.

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