El colectivo Río hablador encontró una manera diferente de conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Hoy, ocho de marzo, organizarán un recorrido entre las antiguas casonas de Pueblo Libre en homenaje a cuatro poetas peruanas que aparte de vivir —o haber vivido— en este distrito limeño, han influenciado el escenario literario con su trabajo poético y académico.
Ellas, casi todas contemporáneas de la década de los 80 y 90, son Violeta Barrientos, Sonia Luz Carrillo, Victoria Guerrero y la desaparecida María Emilia Cornejo. ¿Qué tienen en común? Pues, además de que en algún momento vivieron en Pueblo Libre, todas han tocado en sus versos temas como el feminismo, el empoderamiento, la cotidianidad y la crítica social, además de explorar la sexualidad en una sociedad machista como la peruana.
El caso de María Emilia Cornejo resulta icónico. A partir de su temprana desaparición, en 1972, a los 23 años, su nombre y obra se convirtió en leyenda. De esto da cuenta el investigador Pedro Casusol en su libro Soy la muchacha mala de la historia. Poemas de María Emilia Cornejo. Por eso, de las cuatro poetas visitadas en este recorrido, ella resulta especial.
Vida y obra
La casa de María Emilia Cornejo está pintada de rojo. Es una de esas viviendas de clase media típica de los años setenta, ubicada en la avenida Bolívar, frente al Museo Larco. “Si María Emilia hubiera continuado escribiendo, quizá tuviéramos una segunda poeta mayor como Blanca Varela”, dice Cintya Malpartida, una de las organizadoras de este recorrido. Según la investigación de Casusol, María Emilia se suicida aparentemente después de sufrir un aborto.
Tal vez por su personalidad contestataria, desde muy joven estuvo a favor de los cambios sociales, hasta llegó a militar en un partido. Por ejemplo, este es uno de sus primeros versos: “Soy Micaela Catarí / llevo en la sangre el dolor de mi pueblo / y refleja en mi rostro / mil rostros de angustia / más no me avergüenza que tenga mi carne / el color de la tierra”. Luego, ella va descubriéndose a través de su propia poesía y sus escritos van tomando una connotación sexual. Fue tanta su influencia que inspiró a muchas escritoras y poetas de la generación de los 80.
El recorrido se hace a pie, pues el objetivo es redescubrir los espacios físicos que nos rodean y visibilizar las obras de estas cuatro poetas limeñas.
Otra vivienda que se visita es la de Violeta Barrientos, ubicada en la Calle Santa Ana. Es una casa crema, protegida por rejas del mismo color. Está construida al estilo Chalet, tendencia que estuvo de moda durante las décadas 60 y 70.
“Ella es una de las mayores representantes de las sexualidades no hegemónicas, ella es lesbiana”, dice Paulo Peña, fundador del colectivo Río Hablador y encargado del recorrido. Peña continúa, “eso le da cabida en el espacio de la poesía peruana. En los últimos años empezó a tener más relevancia y atención por parte de la crítica. Violeta ha escrito desde los 90, pero su libro Las imposibles orquídeas, antología personal 1991 - 2017, recién apareció el año pasado”.
A cinco cuadras de distancia, se encuentra la casa de Sonia Luz Carrillo, el tercer piso de un departamento de la calle La Puente y Cortez. Ella, además de poeta, es docente universitaria y académica. “Es profesora de la escuela de Comunicación Social de San Marcos. “Es una persona muy crítica, sobre todo con lo que lee”, dice su exalumna Cintya Malpartida, también integrante del colectivo. A diferencia de las demás, los poemas de Sonia Luz no son tan íntimos ni personales. Ella escribe sobre su cotidianidad: su vida, su casa y su lucha para ser reconocida en el mundo de los poetas y de la academia.
Por último, está la antigua casa de Victoria Guerrero (se mudó el año pasado) en la calle Jorge Chavéz. Está ubicada en la zona del antiguo Pueblo Libre, donde ahora tiene otras funciones más comerciales y bohemias que residenciales. Victoria es docente universitaria, investigadora y especialista en cultura de género. “Ella es una de las poetas peruanas más relevantes de los últimos años. Su activismo político ligado al feminismo la ha colocado en la palestra”, explica Peña. Pero, también se le considera relevante por su crítica al modelo económico y a los sistemas de poder.
Cada una de ellas, a su manera, ha contribuido a moldear la nueva escena de la poesía limeña y a luchar contra estereotipos en un espacio hostil, como es la Lima de estos tiempos.
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