El Instituto de Estudios Peruanos lanzará en formato digital el libro Crónica del gran encierro, que reúne textos de buena parte de sus investigadores. Se trata de un conjunto de artículos y ensayos, escritos desde el asombro de estos días, y que reflexionan sobre lo que está ocurriendo en el país y el mundo a partir de la pandemia del coronavirus. Su editor, el historiador Raúl Asensio, un experto en temas de desarrollo rural, cuenta que el título surgió a partir de un post en redes sociales del historiador José Ragas, quien no forma parte del instituto, sino actualmente trabaja en la Universidad Católica de Chile.
“Nos pareció un buen título para graficar esta coyuntura que nos ha caído encima de manera inesperada y que nos desafía como país, como personas y al mismo tiempo como investigadores en ciencias sociales porque pone a prueba todas nuestras ideas, desde cómo funciona el Estado y la sociedad peruana. Creo que el corazón del libro está en esa perplejidad y en el intento de explicarnos lo que está ocurriendo, a partir de nuestra experiencia previa como investigadores”, dice Asensio.
Nuestra cuarentena es una de las más largas, pero paradójicamente seguimos escalando en el top de países con más infectados, ¿qué ha pasado para que ello suceda?
Yo creo que incluso la paradoja es más profunda. No se trata solo de una de las cuarentenas más largas, sino que ha tenido un mayor cumplimiento si lo comparamos con lo sucedido en países vecinos como Colombia, Ecuador, Argentina o Chile. Entonces, ¿qué ha ocurrido? Yo creo que acá hay una especie de tormenta perfecta de situaciones que nos han llevado al momento actual. Por un lado, es evidente que tenemos desventajas estructurales, problemas en el sistema de salud que todos conocemos, un alto grado de informalidad que obliga a buena parte de peruanos a salir a la calle, pero, además, creo, se han juntado algunas malas decisiones por parte de las autoridades. En un momento parecía que el objetivo concreto era vaciar por vaciar las calles y se impuso toques de queda y restricciones de horarios, si bien la gente salía poco, esas pocas veces se concentraba en sitios específicos: mercados, bancos… Finalmente, se produjo un resultado paradójico: poca gente en las calles, pero concentrada en pocos lugares y momentos, que elevaron los contagios.
Hasta ahora en regiones con altos contagios las restricciones de horarios son mayores.
Ese es un error de concepto. Las autoridades están reaccionando de manera punitiva paternalista, si te portas mal no te dejo salir, cuando creo que la solución –y esto es más fácil decirlo a posteriori-, hubiese sido hacerlo al revés. Se debió ampliar, como lo hacen otros países, lo máximo posible los horarios de mercados y bancos, de tal manera que la población siguiera saliendo, pero distribuida en más tiempo. Si hay concentraciones, restringir los horarios no parece una buena estrategia.
¿Qué lecciones debemos sacar de esta situación?
Yo creo que nos ha dejado lecciones que, en cierto modo, son positivas dentro de la tragedia general. Por un lado, nos hemos dado cuenta que en los momentos críticos somos una sociedad bastante más disciplinada de lo que creíamos. Si ves las estadísticas la cuarentena en el Perú ha tenido mayor cumplimiento que en los países vecinos, y no se han cumplido casi ninguna de las predicciones negativas que se hacían al principio: no hemos tenido disturbios, no hemos tenido saqueos, no hubo un aumento desmesurado en el precio de los alimentos, es decir en esta situación crítica hemos funcionado como sociedad. Sin embargo, la lección negativa, por supuesto, es que seguimos teniendo falencias importantes en el funcionamiento del Estado, de los servicios públicos, de la salud, etc.
En el libro se analiza una encuesta telefónica que hicieron en abril en distintas regiones, ¿qué conclusiones o primeras lecturas tienen?
En este momento, hemos hecho ya dos encuestas, una en abril y otra en mayo, que nos permiten ver, efectivamente, la situación social en el país. Por ejemplo, en esta segunda encuesta se incluyó preguntas referidas al tipo de estrés alimentario que está generando la cuarentena y los resultados son sorprendentemente negativos. El 90 % de los hogares rurales señalan que ha disminuido la cantidad y la calidad de los alimentos que consumen habitualmente. Y un 59 % destaca que en algún momento se quedó sin alimentos por falta de recursos. Si la situación se mantiene en los próximos meses, podemos retroceder varias décadas en lo que se refiere a pobreza rural.
¿Los bonos dados por el gobierno fueron la solución?
Como bien señalas para analizar la eficacia de los bonos vamos a necesitar un poco más de tiempo, por el momento han funcionado razonablemente bien, en el sentido que han llegado a mucha gente que los necesitaba, pero los bonos no pueden solucionar todo el problema. Hubieran sido una gran idea si la cuarentena hubiera durado solo un mes. Pero a medida que pasa el tiempo, necesitas pensar en más cosas. Ya casi las tres cuartas partes de los hogares peruanos han agotado sus ahorros y vamos hacia una descapitalización, algo ya más complicado de revertir.
¿Más allá de la perplejidad inicial, qué otro hilo conductor haya en los artículos del libro?
Nosotros, dentro del IEP, lo que queremos es tener investigadores que expresen diferentes disciplinas y miradas políticas, en ese sentido lo que vas encontrar en el libro son miradas diferentes, desde diferentes disciplinas y generaciones de investigadores, creo que eso enriquece el debate y eso es lo que nos gustaría aportar. La respuesta de los autores fue entusiasta desde el principio, con ganas de volcar su experiencia y con la necesidad de escribir y reflexionar sobre lo que está ocurriendo.
Para descargar el libro, visite la página del iep.org.pe