Estamos acostumbrados a relacionar el mundo industrial con sonidos explosivos y repetitivos que retumban en nuestras cabezas al punto de perturbarnos. Escenas de películas como Tiempos modernos, de Charles Chaplin, alimentan esta idea de la máquina como generadora de ruido y contaminación auditiva.
Sin embargo, Zimoun —la muestra lleva el nombre del artista que la produce— busca cambiar esta percepción y logra arrancar sonidos diferentes —incluso sutiles— a los materiales industriales y utilitarios.
En eso consiste la propuesta sonora de esta exhibición, dividida en cuatro ambientes del Espacio Fundación Telefónica. En estas cuatro salas uno puede experimentar lo acústico de manera diferente con objetos tan rudimentarios como arandelas de acero, alambres y mangueras.
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Desde el pasillo principal del edificio, uno ya puede escuchar los sonidos de la muestra. Al ingresar a la sala principal se puede ver que estos son producidos por el choque de arandelas de acero, movidas por pequeños motores que van repitiendo el movimiento de estos materiales contra el suelo, contra cajas de cartón o contra un triplay. En total son 485 los motores que se usan para mover todos estos aparatos, cuyos sonidos ponen a prueba los oídos de los visitantes.
Es que el ruido que producen se aleja totalmente del estruendoso
zumbido de las máquinas y se parece más al de la caída de la lluvia en algún lugar tropical, o al estrépito de una tormenta o al fugaz silbido del viento. Estos experimentos acústicos, generados por estos objetos minimalistas, provocan en el visitante un estado de meditación o ensimismamiento.
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Zimoun, nacido en Berna, Suiza, en 1977, asegura que su propuesta consiste en construir plataformas de sonido en las que el espacio arquitectónico juega un papel determinante. De esta manera, el espectador se encuentra frente a escenarios distintos: como una gran pared de cajas de cartón que retumban con el golpe que distintas bolas de algodón generan sobre ellas, o con una sala entera de arandelas de acero que cuelgan de hilos y que van rozando delicadamente el piso de cemento. Existen también pequeñas puestas en escena: alambres que peinan una plancha de triplay o una manguera de tres milímetros que es movida desenfrenadamente por un motor de aire comprimido.
De esta manera, el artista busca demostrar el impacto que pueden generar estos materiales tanto en espacios abiertos como reducidos. El artista ha jugado con la rudeza y tosquedad de estos materiales y les ha dado otra dimensión sonora. Por eso tenemos la sensación de asistir a un espectáculo extraño.
Finalmente, aunque estas vibraciones sonoras se produzcan a partir de la repetición de movimientos o del choque de diversos objetos, cada espectador puede sentir una sensación acústica distinta, pues lo que oye depende, en gran medida, de su propia experiencia.
Así como los olores, el sonido también nos activa los recuerdos y nos remite a vivencias anteriores.
Más información:
Lugar: Espacio Fundación Telefónica. Av. Arequipa 1155, Lima. Teléfono: 210-1327
Costo: El ingreso a la exposición es libre.
Horarios: de martes a sábado, de 10:00 a 20:00, y domingos, de 12:00 a 19:00.
Fechas: hasta el 10 de marzo del 2019.