En Chicago. Sus composiciones son ejecutadas por las principales sinfónicas del mundo.
En Chicago. Sus composiciones son ejecutadas por las principales sinfónicas del mundo.
/ © Todd Rosenberg Photography
Gonzalo Tello

Jimmy López Bellido (Lima, 1978), quizás el compositor peruano actual más importante, puede sentirse afortunado de que, a su relativamente corta edad, haya logrado la consagración internacional con la publicación de dos álbumes dedicados íntegramente a su obra en importantes sellos. El primero fue editado en 2015 por Harmonia Mundi y el segundo acaba de salir al mercado gracias a MSR Classics e incluye dos de sus trabajos más recientes. Su primera sinfonía, titulada “Los trabajos de Persiles y Sigismunda” (obra escrita en conmemoración por los 400 años de la muerte de Cervantes), como encargo para la Orquesta Nacional de España; y la suite “Bel Canto”, una reducción en tres movimientos sinfónicos de la ópera que lo coronó en Estados Unidos y que fue encargada por las sinfónicas de Fort Worth, Atlanta y Bremen.

—Carrera ascendente—

La carrera de López se inició en el Conservatorio de Lima en los años noventa, donde fue su tutor el gran compositor Enrique Iturriaga. Luego, fue a perfeccionarse a Helsinki, y después a estudiar y definir su residencia en California. Desde la década del 2000, sus obras “América salvaje”, “Perú negro”, “Lord of the air”, “Synesthésie” han sido interpretadas por diversas orquestas, como las sinfónicas del Perú, Chile y Argentina, además de otras importantes, como las sinfónicas de Boston, Chicago, Filadelfia, Washington D. C., Radio France, Sídney, Singapur, La Haya, Leipzig, Helsinki y la Nacional de España.

El primer álbum dedicado a la obra de López —Perú negro (Harmonia Mundi, 2015)— incluyó cuatro de sus composiciones más importantes a la fecha, interpretadas por la Orquesta de la Radio de Noruega, dirigida por Miguel Harth-Bedoya. Este álbum tuvo excelentes críticas y le dio a López un mayor prestigio internacional.

El año 2015 sería determinante en su carrera, pues en diciembre, culminó el proceso de creación de su obra más ambiciosa y que le tomó casi cuatro años de trabajo: la ópera “Bel Canto”, una comisión de la Lyric Opera de Chicago, y que contó con la iniciativa y curaduría de la famosa soprano Renée Fleming.

La ópera se estrenó con un éxito absoluto y tuvo gran repercusión mediática. El proyecto fue el más importante de la década para este teatro, y “Bel Canto” fue transmitida por televisión al mundo entero a través de la cadena pública de Estados Unidos, PBS.

—Dos obras maestras—

En su álbum más reciente —Symphonic canvas (MSR Classics, 2019)—, como mencionamos, se incluyen “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, su primera sinfonía; y la suite “Bel Canto”, cuya grabación fue producida por Brad Michel, ganador del Grammy, y la interpretación estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de Fort Worth, bajo la dirección nuevamente de Harth-Bedoya, quien ha sido el gran promotor de las obras de López en el mundo.

La suite “Bel Canto” está compuesta de tres movimientos: el primero corresponde al coro del primer acto “Peru, real and unreal”, una evocación de canto milenario que introduce la acción de la trama, situada en Lima, en 1996, durante la toma de la residencia del embajador de Japón por el MRTA; el segundo corresponde a “La garúa”, música que introduce el segundo acto y que describe una tradición peruana ficticia sobre la neblina. El tercero, “The end of Utopia”, presenta la dramática última escena de la ópera, cuando los rehenes son rescatados y se encuentran en una disyuntiva de vida poco alentadora.

En cuanto a su primera sinfonía “Los trabajos de Persiles y Sigismunda”, López dice: “Durante mi adolescencia, El Quijote se convirtió en una obsesión para mí, por su lenguaje, ingenio y sentido del humor. Por esta razón, estuve encantado de ser parte de las celebraciones por el cuarto centenario de la muerte de Cervantes, en 2016, año que también coincidió con los 400 años de la publicación de Los trabajos de Persiles y Sigismunda, terminada solo unos días antes de la muerte de Cervantes. Por eso en el prólogo, este escribió proféticamente: ‘Adiós a la alegría, adiós al ingenio, adiós a mis agradables amigos, porque me estoy muriendo, pero espero verlos nuevamente, felices, en otro mundo’. Esta novela fue fuente de inspiración para mi primera sinfonía”. Sus cuatro movimientos corresponden a los cuatro libros que componen la novela.

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