Esta pandemia nos ha hecho conocer a seres solidarios representados por el personal de salud.
Esta pandemia nos ha hecho conocer a seres solidarios representados por el personal de salud.
Jorge Paredes Laos

Hace algo más de un año, el mundo que conocíamos cambió para siempre. Un virus no solo nos devolvió nuestros miedos más atávicos, sino que también alteró la vida en el planeta, al punto de que todo lo que se ha dicho y escrito a partir de 2020 está atravesado por esta nueva realidad: la crisis de un tiempo de pandemia en el que han emergido lo mejor y lo peor de nosotros. Eso es lo que recogen los artículos de COVID-19: trigo y cizaña, un libro coordinado por Francisco Miró Quesada R., Aníbal Sierralta y Juan Velit, cuyo título se origina en una parábola bíblica del evangelio de Mateo ( 13, 24-30 ). Según el relato un hombre sembró semillas de trigo en su campo, pero, mientras dormía, su enemigo sembró cizaña (mala hierba) para contaminar su cosecha.

Este contraste entre el trigo y la cizaña llevó a los autores a reflexionar sobre aquello bueno que podemos rescatar de esta situación pandémica, a la vez que a denunciar lo malo que brota en medio de ella.

El libro está dividido en tres partes: en la primera, se reúnen 22 ensayos en los que destacados profesores universitarios escriben sobre los efectos de la pandemia desde sus respectivas disciplinas. Por ejemplo, la doctora Marianella Ledesma, presidenta del Tribunal Constitucional, se refiere al principio de la solidaridad en las constituciones; la investigadora de ESAN Nancy Matos escribe sobre el emprendimiento; la psicóloga María Raguz, sobre bienestar y la salud mental; el magistrado César San Martín, sobre la justicia digital; el doctor Francisco Miró Quesada, sobre la democracia y la gobernanza; el abogado Samuel Abad, sobre las elecciones de 2021; el internacionalista Juan Velit, sobre la soberbia y otras pandemias; el educador Silvio de Ferrari, sobre la moral de Dios y de los hombres; y el embajador Juan Álvarez Vita, sobre las relaciones internacionales, etc. De esta parte, destaca un conjunto de poemas de Marco Martos, que recorren ciertos lugares del país como Cusco, Huamanga, Jauja o la Amazonía.

Niños y héroes

El segundo capítulo del libro se titula “Semillas sin voz”, y aquí se compilan reportajes de los jóvenes periodistas Eloy Marchán y Alonso Zambrano, cuyo foco está centrado en esas víctimas a veces invisibles de esta pandemia: niños y niñas que se encuentran en condiciones vulnerables, como el caso de Jared, un pequeño de nueve años que vive en una humilde casa ubicada en un cerro entre los distritos de Ventanilla y Mi Perú, y cuya sangre está contaminada por el aire tóxico de las fábricas cercanas. O el caso de Juan, un adolescente que tiene que subir a vender golosinas en un bus para sobrevivir en estos días de mascarillas, cuarentena y distanciamiento social.

La tercera parte de libro está, en cierto modo, conectada con la segunda y, en ella, se presentan crónicas de esos héroes y mártires anónimos que nos ha ido dejando la tragedia, como las mujeres que limpian las calles cada madrugada; los músicos que tocan en la vereda para ganar alguna moneda; o un periodista que falleció víctima de la COVID-19 por cumplir su misión entre los más pobres de San Juan de Lurigancho, como fue el caso de Héctor Huapaya, según nos cuenta la crónica de Fiorella Cubas.

Se trata de un volumen que, a todas luces, es un amplio registro de una época en la que esperamos que el trigo se imponga sobre la cizaña (la especulación, el “vacunagate”), como esas “hermosas flores amarillas que nacen cada mañana”, tal como reza uno de los versos de Marco Martos.

COVID-19: trigo y cizaña ha sido editado por CIAC Ediciones y su venta, a través de y el WhatsApp 996057321, será a favor de Magia, organización que ayuda a niños con cáncer, y Unicef.

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