Todo el Perú se alista para celebrar el Día Nacional del Pisco Sour (primer sábado de febrero) con una buena copa en la mano. Si bien el chilcano sigue sólido en su camino por arrebatarle la corona y festejó su semana en enero, aún le falta buen trecho para hacerse de la cetro y no estoy segura si lo logre.
Más aún entre los turistas que ni bien tocan suelo peruano piden brindar con este peruanísimo cóctel. Su fama transciende fronteras, no existe restaurante o bar peruano en el extranjero que no lo tenga en el primer lugar de la carta de cócteles y en las embajadas de Perú se ofrece como el coctel oficial.
No me gusta ser aguafiestas pero, valgan verdades, no todos los pisco sours son ricos. Mucho depende de la calidad del pisco, su ingrediente principal, y de algunos secretos que les contaré a continuación compartidos generosamente por mis amigos bartenders.
1. El pisco debe ser de calidad
No me cansaré de repetir esta recomendación. Nada de piscos cuyos precios “económicos” resultan sospechosos. Eso sí, si encuentran una súper oferta, soliciten probar el producto, puro, sin nada de otros ingredientes, concentren sus sentidos y decidan si compra o no.
2. El limón ideal
Antes de que llegaran otros tipos de limón como el Tahití o el amarillo americano, todos recurrían a nuestro limón criollo, aquel que crece en las tierras piuranas de San Lorenzo y tan apreciado para el cebiche.
Hoy existen diversas opiniones entre los bartenders, que no logran ponerse de acuerdo en cuál es el mejor. Así es que prueben las opciones y elijan cuál les gusta más.
Si optan por el limón criollo, David Romero, Gerente de Bebidas de Bottega Dasso recomienda dejarlos remojando en agua, lavarlos bien y varias veces para retirar los aceites naturales de la cascara y que estos no se impregnen en la preparación.
Otro dato que recomienda es aplicar el corte francés, así no se cortan las pepas y no sueltan su natural amargor.
Por último, recomienda darle un corte cruz para facilitar la función del exprimidor que debe ser de plástico y no de metal. El metal y el ácido de los cítricos no se llevan bien.