Redacción EC

Lleva dos años al frente del r, en Bolivia, y la chef danesa empieza a cosechar sus primeros frutos. Con , su compañero en el local, celebraron en Lima la obtención del puesto 32 . Además, sus alumnos pronto iniciarán nuevas aventuras: uno de ellos vendrá a Perú para trabajar en IK. 

“Bolivia se cansó de ser el hermanito de Latinoamérica. Vamos a ver un gran avance. Es un regalo para nosotros poner al país en el mapa gastronómico mundial”, comenta la joven. 

Una de las razones por las que Gustu ha destacado es por su fuerte empleo de insumos nativos en la cocina. Ella espera que los comensales bolivianos dejen de lado sus preferencias por la oferta extranjera (como la comida rápida) para abrazar lo local. 
“Es más fino ir a Burger King porque es caro que donde la señora de la esquina que vende una sopa 20 mil veces mejor. Tenemos que rescatar esa tradición, que no dé vergüenza consumir comida típica porque es un gran orgullo. Perú es un ejemplo de ello, Bolivia también lo será”, confía Seidler.

DE VUELTA A LA ESCUELA
Los reconocimientos y logros de sus alumnos hacen sonreír a la chef que dejó su país para formar parte del proyecto gastronómico-social a cargo del empresario Claus Meyer,  el mismo creador del famoso Noma. 

“Necesitaba utilizar mis capacidades como cocinero para algo que no sea 100% en mi beneficio”, recuerda Kamilla. En la ciudad boliviana de Calacoto (El Alto) lo consiguió al formar a jóvenes cocineros.

Ellos son su mayor apoyo e inspiración pues le presentan una variedad de insumos que nunca antes ha visto. “Llegué como estudiante volviendo a entender el producto o conociéndolo por primera vez”, sostiene la joven danesa.

Ella celebra que Gustu cuente con más mujeres que hombres. “No es por sonar feminista, pero creo que ha llegado el momento de la chef femenina”, sostiene Kamilla.  

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