Pastel de chocolate, uno de los postres que puedes encontrar en Patty, pastelería artesanal. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Pastel de chocolate, uno de los postres que puedes encontrar en Patty, pastelería artesanal. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Paola Miglio

Aquel turrón de chocolate intenso, con sabor a fiesta de cumpleaños, sigue siendo ese signo distintivo de Patty, pastelería artesanal que poco a poco ha ido tendiendo sus redes por toda . Recuerdo cuando lo comprábamos en un famoso supermercado, sin saber quiénes eran los autores. Permanecía intacto en el tiempo, inalterable, goloso, de textura sólida y ligeramente amelcochada, cubierto con un fudge denso y adornado con pecanas fileteadas. Sigue así, no ha cambiado, y lo comprobamos cuando levantamos lentamente un pedazo y le metemos un mordisco potente, de esos que quieren abrazar años pasados, recordarlo todo. Patty creció. Montó un pequeño local en y ahora otro en la Av. Conquistadores, el que ocupa esta reseña, con pocas y discretas mesas. Ahí, aunque la vitrina que da a la calle se vea un poco deslucida (podrían ponerle más empeño y frescura), se acomodan dentro algunos pastelillos que le hacen competencia al turrón, sin llegar a igualarlo.

Brownies hechos con cacao peruano, la especialidad del local. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Brownies hechos con cacao peruano, la especialidad del local. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)

Está, por ejemplo, la torta de chocolate de toda la vida, generosa en fudge y también con aires de fiesta infantil; un pie de maracuyá donde se logra el exacto balance entre la acidez de la crema y la dulzura del merengue; y unos brownies de cacao peruano y belga que son hasta sujeto de cata: no son los típicos caseros, se parecen más a un bloque de fudge y suave. Los de cacao peruano son potentes y con un feliz amargo, los de chocolate belga palidecen ante la oferta nacional. No dejan de ser atractivos, pero si los comparamos, les falta carácter.

Cheesecake. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Cheesecake. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)

Si bien en varios de sus pasteles se logra el cometido, algunos podrían aplicar ciertos recursos técnicos para llegar a mejor puerto. Los cheesecakes mantienen un relleno consistente; sin embargo, la base se humedece mucho e incluso se pega a la cartulina que los sostiene (algunos vienen con una cápsula o pipeta con el coulis que hay que apachurrar para bañar la superficie, simpático pero no es necesario el plástico); el pie de pecanas podría mejorar la masa que también se humedece y empoderar el relleno; y de aquellos que se sirven en potes de vidrio, el mousse de limón necesita equilibrar la acidez y el tres leches se mantiene impecable. Un consejo: cuidado con los envases, si bien se fomenta el reciclaje y hasta se premia que devuelvan el frasco usado (y limpio), hay que vigilar que se encuentren en buen estado y no se quiebren en la manipulación durante la venta.

Mousse de limón. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Mousse de limón. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)

La pastelería de Patty, como bien se ha dicho antes, encaja en lo artesanal y casero. En eso que hacen las abuelas o mamás con cariño y dedicación, que con la práctica alcanza perfección. Ajustando detalles que quizá la rutina no detecta, se podrían lograr mejores resultados e igualar el nivel de su memorable turrón. No hay que enredarse mucho, solo mantener esa sencillez que también se proyecta en el juego de los brownies de forma natural y divertida.

Pastel de pecanas. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)
Pastel de pecanas. (Foto: Paola Miglio/ El Comercio)

MÁS INFORMACIÓN

Puntaje: 14/20. Tipo de restaurante: dulces y pasteles. Dirección: Av. Conquistadores 521, San Isidro. Horario: de lunes a sábado, de 11:30 a.m. a 8 p.m., y domingo de 11 a.m. a 8 p.m. Estacionamiento: puerta calle. Carta de bebidas: café e infusiones. Pasteles desde S/7.

VIDEO RECOMENDADO

Huánuco: conozca la gastronomía de la ciudad de los 'Caballeros de León’

TE PUEDE INTERESAR



Contenido sugerido

Contenido GEC