El Día de los Santos Inocentes, que se celebra cada 28 de diciembre, es una tradicional festividad considerada dentro del calendario católico. Es el pretexto perfecto para que los amigos y familiares nos gasten bromas pesadas que pueden provocarnos risa o ira. Es un día donde se debe tener mucho celo con lo que escuchamos y leemos, porque ni las redes sociales se salvan de hacernos inocentes.
¿Cómo empezó todo?
El Día de los Inocentes apunta hacia dos orígenes. El primero es uno bíblico que nos refiere a la cita del Evangelio de San Mateo, a la cruel y despiadada orden del rey Herodes. Enterado éste que había nacido un niño, quien, según rumores era el Mesías esperado por los judíos, dio la orden -cuatro días después del alumbramiento- de que fueran degollados todos los infantes menores de dos años de la aldea de Belén.
El segundo es pagano y se remonta a la Edad Media, cuando en vísperas del carnaval los auxiliares de los templos -campaneros, sacristanes y monaguillos- organizaban la “Fiesta de los Inocentes” donde daban paso al desenfreno y jolgorio.
El antropólogo Julio Caro Baroja precisó en su artículo “El Día de los Inocentes se ha alejado del espíritu cristiano”, publicado en El Comercio el 28 de diciembre de 1990, “que desde hace unos cuantos siglos, la palabra inocente se entiende, en su sentido de licencia, de inversión de papeles y valores. En ese día, los inocentes mandan sobre los mayores y como inocente solo se es en la niñez, los reyes son los niños, sus valores son los que imperan, de ahí las bromas `inocentes’ que nos convierten, aunque sólo sea de forma ilusoria, en infantes”.
Travesuras antiguas
En la antigüedad en algunas ciudades de Latinoamérica, las personas acostumbraban ese día a disfrazarse de gitanos, indios, diablos, payasos y vaqueros, e invitaban café con sal. En el Perú la costumbre de hacer bromas pesadas data, cuando menos, del siglo XIX.
No existe una referencia exacta de cuándo y por qué empezó esta tradición, pero sí existen algunos registros de las chanzas que se cometían: enviar cartas, esquelas y papeles con falsas noticias o anuncios mortificantes; después llegaron los obsequios con paja, arena, piedrecillas, grillos y sapos y algunos arrojaban un ratón en la sala de una casa llena de damas. La Casa Broggi introdujo los chocolates rellenos con algodón que regalaban a las muchachas.
Ricardo Palma en sus “Tradiciones Peruanas” cuenta que una vez que la persona era sorprendida con la broma se le cantaba la copla: “Sea constante y corriente, y quede ejecutoriado, sin correrse más traslado, que es usted un inocente”.
Otras bromas que pocos recuerdan fue cuando Lima se paralizó al afirmarse que la beldad más deseada de ese momento, Brigitte Bardot, había llegado al Perú para tomar sol en las playas de Ancón.
En 1963, un locutor de América Televisión leyó la falsa nota cablegráfica informando que el Papa Paulo VI había sufrido un ataque cardíaco. En 1964, Genaro Delgado Parker fue víctima al creer que Panamericana Televisión se incendiaba. En 1978 una emisora transmitió la noticia que el Gobierno había cesado a todos los alcaldes del país; la noticia fue tan dura que la Dirección de Gobierno Interior tuvo que desmentirlo.
Durante la década de los ochentas los medios de comunicación colmaron de avisos sobre ataques de Sendero Luminoso y la presencia de tanques en Palacio de Gobierno. En 1997 se leyó en algunas portadas de diarios: “Keiko se casa”, “Se va Montesinos”, “Laura Bozzo vuelve al 5″.
Pero antes en el Cusco, durante la década del cuarenta, el Día de los Inocentes duraba hasta el mediodía y la broma más habitual era ir a las tiendas, pedir artículos y retirarse sin pagarlos; diciéndole que era un inocente y dejándole flores a cambio.
En una oportunidad, en Pucallpa, se informo que la Lupuna (árbol símbolo de las distintas épocas que vivió Pucallpa) del Parque de los Poetas se había caído, que un OVNI descendió en la laguna de Barboncocha; ambas noticias hicieron Inocentes a decenas de lugareños.
Por último, la noticia de una sirena varada en el puerto La Hoyada, hizo víctima a los creyentes de la mitología amazónica; las mujeres acudieron al lugar para tener noticias de sus desaparecidos esposos, la triste verdad fue que las hicieron inocentes.
Las bromas en el ciberespacio
Esta fecha no pasa desapercibida para los limeños que gastan su típica viveza criolla. Actualmente las personas prefieren hacer bromas a familiares y amigos. Los medios de comunicación optan por publicar noticias falsas e inverosímiles, algunos en complicidad con los protagonistas; y las redes sociales como el Twitter y el Facebook también sirven para difundir mentiras.
No faltan los falsos anuncios de matrimonios, invitaciones a almuerzos y reuniones, los obsequios desagradables como dulces `pinta lengua´ o roedores en los cajones. El ingenio no es don de todos y algunos pueden ser vulgares y obscenos.
En todos los casos, solo nos quedan dos opciones: fingir que nos gustó la broma o “tomarlo por el lado amable”, como decía el genial Chespirito en el Chavo del ocho. También podemos quedarnos callados y aparentar desinterés, pero pensando en la mejor revancha para el próximo año. Tenga cuidado de ser víctima de algunas bromas pesada porque hay bromas y… ¡bromas! O, de lo contrario, sea ingenioso para gritar ¡INOCENTE!
(Marleny López)
Fotos: Archivo El Comercio