El Perú presenta un alto grado de vulnerabilidad frente a la anemia. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2018, esta enfermedad afecta actualmente al 43,5% de niños menores de 3 años del país, cifra que muestra un estancamiento en su reducción respecto al nivel de hace cuatro años.
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La anemia –asociada con la ausencia de hierro en la sangre– dificulta el desarrollo de capacidades físicas y cognitivas en los niños a partir de los seis meses. En el Perú se considera un grave problema de salud pública dado que su incidencia supera el 40%, casi el doble del nivel máximo tolerable según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El grado de afectación varía según regiones y alcanza sus valores más altos en Puno (67,7%), Pasco (58,7%), Loreto (57,4%) y Junín (57%). Lima Metropolitana ostenta uno de los porcentajes más bajos (35,3%); sin embargo, alberga la mayor cantidad de menores con anemia (376 mil).
Ante este escenario, el Ejecutivo aprobó en julio del año pasado el Plan Multisectorial de Lucha contra la Anemia, que articula las acciones de 15 sectores, gobiernos regionales y municipalidades frente a esta enfermedad. El documento cuenta con la rectoría del Ministerio de Salud (Minsa) y la coordinación del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
La nueva estrategia espera disminuir la incidencia de la enfermedad hasta alcanzar el 19% en el 2021, en el bicentenario, mientras que en el 2019 prevé que disminuya hasta el 39%, más de cuatro puntos porcentuales respecto a su nivel actual.
—Cambio de rumbo—
¿Cómo avanza la implementación del plan? A diferencia de años anteriores, el plan gira en torno a dos frentes: la prevención para niños menores de un año y las campañas de información y conocimiento.
La anemia ataca en mayor proporción a menores de edades tempranas, especialmente entre 6 y 11 meses. En dicho grupo, su incidencia se despunta y alcanza los valores más altos, que bordean el 60%. Esta cifra es mayor en casi 50 puntos porcentuales a lo reportado en la población de cuatro a cinco meses, que alcanza hasta el 10%.
José Negrón, coordinador en temas de nutrición y desarrollo infantil del Midis, explica que el enfoque preventivo pone énfasis en el tratamiento entre los cuatro y cinco meses con el consumo de gotas de hierro. Luego de los seis meses, los menores deben pasar por una prueba de detección de anemia para determinar su tratamiento.
“A los cuatro meses deben consumir el suplemento en gotas tengan o no anemia, porque a los seis las reservas que existen en el organismo se agotan y al mismo tiempo surge una explosión de requerimiento de hierro para el desarrollo cerebral. El solo hecho de tenerla es una merma al desarrollo de su sistema nervioso”, comenta.
Dicha opinión es compartida por Leslie Zevallos, asesora de la dirección general de intervenciones estratégicas en salud pública del Minsa, quien añade que el éxito del tratamiento –a diferencia de otras enfermedades nutricionales– depende en gran parte de la mejora de los hábitos alimenticios.
“No solo consiste en darles medicamentos a los niños. Tenemos que cubrir esa brecha sobre el cumplimiento por parte de la madre, si ella realmente los está administrando. Hay un esfuerzo del gobierno y las regiones con las visitas casa a casa y los gobiernos locales, para que se puedan generar mejores prácticas en la alimentación”, señala.
Negrón añade que el gran reto de las autoridades pasará por asegurar el consumo del mineral dentro de los hogares. Para esto, detalla que se viene trabajando un plan de incentivos en 865 municipalidades para visitas domiciliarias a hogares que tengan niños de 6 a 11 meses.
“El gran problema observado en el Perú es la adherencia al plan, o sea el consumo continuo del suplemento, que no está caminando bien. La familia tiene que estar comprometida con el tema”.
—Logros y brechas—
Según cifras proporcionadas por el Midis a El Comercio, los aspectos claves del plan están relacionados con la prevención temprana de la anemia (a través de la entrega de suplementos a menores de cuatro meses), el diagnóstico temprano oportuno, la promoción de alimentos saludables y ricos en hierro, así como el tratamiento de los afectados.
A mayo del 2019, estos indicadores registraban un incremento sustancial respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, aún persiste una brecha respecto a las metas trazadas por las autoridades.
Por ejemplo, respecto a los aspectos preventivos, la proporción de menores de cuatro meses que ingieren gotas de hierro alcanza el 63,9%, cifra menor en 16 puntos porcentuales al valor establecido como referencial por el Minsa (80%). Asimismo, solo siete regiones (Apurímac, Moquegua, Ayacucho, Tacna, Pasco, Madre de Dios, Huancavelica) logran sobrepasar esta cifra.
Si bien la cobertura en el tratamiento de niños afectados se ha incrementado en la mayoría de regiones, ninguna alcanza la meta propuesta del 80%. La situación es más crítica en regiones con altos índices de anemia como Puno y Loreto, donde solo el 50,7% y el 42,9% de los menores de 6 a 11 meses que la padecen reciben tratamiento con gotas y jarabe de hierro.
Negrón atribuye esta caída al cambio de suplementos adoptado en los últimos meses por el Minsa que viene reemplazando los micronutrientes por jarabes. “Lo que se medía inicialmente era la entrega del micronutriente, pero también se está entregando el jarabe a la par que el primero sale del petitorio nacional. Este año solo se están comprando jarabes, hay que hacer un ajuste”, explica.
Una tendencia similar se observa en el tamizaje, que sirve para detectar la presencia de la enfermedad. Todas las regiones experimentan un avance, pero solo 11 pasan el mínimo requerido (70%). Estas son Apurímac, Ayacucho, Huancavelica, Áncash, Tacna, Lima Provincias, Moquegua, Pasco, Junín, Cusco y Cajamarca. En este caso, también Puno y Loreto registran menos del mínimo requerido.
—A largo plazo—
¿Cómo afecta la anemia el futuro del país y por qué es necesario reducirla? Para Miguel Andrés Jaramillo, economista senior del Consejo Privado de Competitividad, la enfermedad tiene serias implicancias en el desarrollo infantil y las capacidades futuras que desarrollan las personas, como el logro de aprendizaje y la cantidad de años de estudio.
El especialista resalta que esta enfermedad está presente en todos los estratos de la sociedad. “Hay condiciones que hacen a algunas poblaciones más vulnerables, pero también hay un buen número en zonas urbanas de Lima que no son necesariamente pobres. La anemia es un problema de todos y el gobierno tiene que resolverlo de forma focalizada”, puntualiza.
Si bien el Estado prevé reducir la anemia en casi 25 puntos porcentuales (de 43,5% hasta el 19%) hasta el 2021, Jaramillo considera que el descenso se alcanzará solo de forma progresiva. “Es un problema enraizado porque tiene que ver con la manera en que nos alimentamos”, dice.
PRECISIONES
►ALIMENTOS
El consumo de alimentos con bajo nivel de hierro es una de las principales razones de los altos índices de anemia en nuestro país, según los reportes del Minsa.
► NUTRIENTES
En regiones como Ayacucho, se ha determinado que los niños de los 6 a los 23 meses tienen una dieta con bajos niveles de hierro, zinc, calcio, niacina y energía. Incluso, el 90% de los menores no cubre los niveles recomendados de estos nutrientes en su alimentación diaria.