LUIS SILVA NOLE / @Lucho_Silva
Redactor de Sociedad
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tres de cada 10 adultos mayores sufren al menos una caída al año. En tanto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas mayores de 65 años son el grupo poblacional con más caídas mortales, y para el Ministerio de Salud, el 80% de las caídas de personas de la tercera edad se producen en sus casas. En ese preocupante contexto, el destacado geriatra José Parodi, director del Centro del Envejecimiento de la Universidad de San Martín de Porres, destaca el cuidado médico y la adecuación de ambientes como factores de prevención de caídas en la vejez.
"Hay que adelantarse a las caídas. No hay que esperar a que se presenten para recién problematizar el caso. Desde antes hay que comenzar a buscar los factores de riesgo porque las caídas son episódicas, multifactoriales e impredecibles", señala Parodi a El Comercio.
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El geriatra indica, además, que lo último que hay que pensar es que las caídas son productos de los achaques de la edad. "Hay que revisar fármacos, controlar la parte neurológica, cardiológica, sensorial y de marcha y equilibrio, para lograr una eficiente prevención", dice Parodi.
El especialista también recomienda actividad física para dar fortaleza muscular al organismo y así evitar riesgos de caídas. Lo otro que resalta es también adecuar los ambientes idel hogar a las necesidades del adulto mayor: poner barandas en las escaleras, pasadizos y baños es lo básico y fundamental. Reclama también que los ambientes comunes de los edificios o las fachadas, o en general, la ciudad entera, debería ser más amigable con los adultos mayores arquitectónicamente hablando.
Las zonas internas y externas de las viviendas de adultos mayores deberían contar con barandas en todos lados para evitar caídas. Así sucede en cada uno de los dos edificios que la empresa Bamboo Seniors ha construido y vende departamentos adaptados a las necesidades de la vejez, en la cuadra 5 de Av. Caminos del Inca, en Surco.
EVIDENCIAN MALES OCULTOS
"Las caídas son unos de los grandes síndromes geriátricos. Son mucho más frecuentes y tienen más impacto en los adultos mayores que en los jóvenes. A más edad, más riesgo de caerse", advierte Parodi.
"Cuando un adulto mayor se cae dos o tres veces en seis meses se dice que su incidencia de caídas es recurrente: su riesgo de mortalidad se multiplica con relación a los que se caen una vez o no se caen. Eso revela fragilidad y vulnerabilidad.
Si la incidencia es aguda –tres veces en una semana y sin razón aparente–, puede estar revelándose algún mal oculto. En esos casos las caídas funcionan como la fiebre. Son un signo de alarma en los adultos mayores. Cualquier enfermedad puede ponerse de manifiesto en una caída, desde una infección urinaria hasta una neumonía, arritmia cardíaca o efecto adverso de un fármaco", detalla el geriatra.
Incluso los ascensores deberían estar asociadas al bienestar del adulto mayor, como en la imagen. (Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
Parodi señala que la caída en sí puede producir muerte cuando es de alto impacto, pero -dice- es más frecuente que los médicos o la familia no den la importancia debida a las caídas, y la enfermedad oculta avanza. "Muchas veces la reacción es tardía, y llega la muerte", advierte.
También hay que tener en cuenta que existe el síndrome poscaída, que es la consecuencia psicológica: miedo a caerse, pérdida de la autoconfianza y restricción de la movilidad. Eso afecta al paciente y a su familia.