El presidente Martín Vizcarra espera que el crecimiento de contagios del coronavirus en el Perú llegue a su pico el próximo domingo 26 de abril. Los casos confirmados por COVID-19 en el país mantienen un ritmo de crecimiento exponencial, que se ha venido desacelerando a medida que pasan los días, lo que hace prever que estaríamos muy cerca de llegar a la cresta.
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Sin embargo, la evolución que presenta la curva de contagios en el Perú no sería confiable. Esto, debido a que la desaceleración que registra el crecimiento de casos positivos en la última semana y media esta asociada a la menor e inestable cantidad de pruebas procesadas que se realizan día a día.
Desde el 14 de abril, el número de contagios del coronavirus en el Perú crece a una tasa diaria del 7,5%, menor a la que registraba en días anteriores (18,8%). Con ello, el periodo en que el número de casos positivos tarda en duplicarse se amplió, al pasar de 3,7 días a 9,19 días.
En tanto, el número de pruebas procesadas llegó a un pico de 15.100 pruebas diarias el 14 de abril y luego empezó a descender a descender hasta el 22 de abril en que se alcanzó un nuevo pico de 14.676 nuevas pruebas.
Durante este lapso, el número de nuevas pruebas procesadas diarias llegó a un mínimo de 4.266, menos del 50% de lo que el ministro de Salud, Victor Zamora había indicado que se estaban realizando y por encima de un tercio del número de pruebas que él aseguraba que era el ideal.
El Comercio se contactó con el Ministerio de Salud para que brinde sus descargos sin suerte.
Para los expertos esta alta dependencia de la tasa de crecimiento de contagios con la del número de nuevas pruebas procesadas hace que la evolución no sea muy confiable.
“No podemos cantar victoria a raíz de las pruebas tomadas. Recién podremos cantar victoria cuando veamos, de manera sostenida, que cada día hay menos casos positivos, y también menos muertes”, afirma Camille Webb, especialista en enfermedades infecciosas e investigadora del Instituto de Medicina Tropical Alexander Von Humboldt de la Universidad Cayetano Heredia.
ESTABILIDAD DE LAS PRUEBAS
Pedro Mateu, investigador y profesor de economía de la Universidad del Pacífico, precisa a este Diario que se requiere un número estable de pruebas procesadas diarias para poder afirmar con cierto nivel de confianza que la curva de crecimiento de contagios se está desacelerando.
El especialista menciona que la inestabilidad del número de nuevas pruebas procesadas diarias lleva a que el ratio de nuevos contagios diarios dividido entre el número de nuevas pruebas procesadas (nuevos contagios/nuevas pruebas procesadas) presente vaivenes y que no sea posible tener una tendencia clara.
“Si nos hubiéramos mantenido en 10 mil pruebas [procesadas diarias] desde el 12 de abril hasta ahora, ahí sí se podría decir con algún nivel de confianza que sí se está desacelerando [la curva de crecimiento de contagios]. Sería un buen augurio. Pero con pruebas como la que se hizo el lunes de 4.000 y pico no podríamos hablar de una mejora ahora”, resalta.
La estrategia del gobierno para combatir al coronavirus, según el ministro Zamora, estaba conformada por tres patas: el aislamiento social o el martillo que busca evitar la expansión del COVID-19 en la población; vigilar y tratar, que busca identificar a los contagiados a través de pruebas rápidas y moleculares y; el tratamiento de los enfermos en los hospitales del país.
A decir de Webb, la velocidad con la ha aumentado los contagios ha sido más controlada que la que se hubiera tenido sin todas las medidas de aislamiento.
Pero resalta que hay muchos factores que ponen en desventaja la lucha contra el COVID-19. De acuerdo con Webb, la tasa de contagios es muy alta para el sistema sanitario que tiene el país. Comenta que observa que los hospitales, en muchos casos, están muy cerca de su máxima capacidad. La especialista sostiene que cuando esto sucede es más difícil controlar la expansión del virus.
“Cuando las personas ya no pueden ir al hospital a recibir el tratamiento adecuado y es más difícil que se aíslen, etc.,... por esas cosas todavía podemos esperar un aumento de contagios y semanas críticas”, menciona.
“Lo ideal sería que este sea el peor momento y que de acá las cosas empiecen a mejorar. Pero todavía no tenemos indicadores de que ese sea el caso”, agrega.
PROBLEMAS EN LA CAPACIDAD DE PROCESAR PRUEBAS
Webb afirma que desde su sector, observa que está siendo difícil para el sistema de salud la distribución de pruebas a los que definitivamente lo necesitan, debido a que los laboratorios no tienen los insumos necesarios para procesarlas. Esto, a causa de que no han recibido los insumos necesarios que demandan.
“Hay un desfase entre algunos laboratorios que ya quisieran procesar las pruebas y que de repente tiene la prueba, pero les falta, por ejemplo, los hisopos para tomar las muestras o cosas de ese tipo”, indica tras anotar que: “en algunos casos hay bloques logísticos que están dificultando el proceso”.
Tanto Webb como Mateu coinciden en que se requiere comprar un mayor número de pruebas para obtener resultados más confiables, pero reflexionan que no existe no existe la infraestructura necesaria en el país para procesarlas.
“Tenemos la capacidad para hacer más de lo que estamos haciendo, pero hay algunas limitaciones que están fueras de nuestras manos, que es por ejemplo, no haber recibido en algunos casos los insumos que vienen de afuera, porque todos los países están demando los mismos”, dice Webb.
“Pero cada una de estas pruebas moleculares necesita un personal entrenado, necesita unas máquinas que son bastantes caras, se necesita todo un sistema complejo que no se usa rutinariamente”, agrega.
NÚMERO DE MUERTOS COMO INDICADOR
Para Mateu, el mejor indicador de la evolución del virus es el número de muertes diarias por COVID-19.
Desde el 13 de abril, la tasa de crecimiento diaria de muertes por coronavirus en el Perú crece en 10,5%, a mayor velocidad que la de casos positivos (7,5%).
Por ello, Mateu sugiere la necesidad de estimar el porcentaje de la población que está en riesgo para determinar la infraestructura necesaria en salud.
Pues hace dos días falleció una persona con COVID-19 por no encontrar una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Villa El Salvador. La víctima era asegurado de Essalud.
“Me desagradó cuando el ministro Zamora dijo que va a llegar un momento en el Perú en que la gente va a morir en el hospital, en las calles y en su casa. Pero creo que tenemos cierta capacidad fiscal para mejorar nuestros hospitales, tampoco es que estemos en la calle”, concluyó Mateu.
Así, urge en el Gobierno afinar las estrategias para controlar la expansión del virus.
¿Quiénes son las personas que corren más riesgo por el coronavirus?
Debido a que el COVID-19 es un nuevo coronavirus, de acuerdo con los reportes que se tienen a nivel mundial, las personas mayores y quienes padecen afecciones médicas preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas o diabetes son las que desarrollan casos graves de la enfermedad con más frecuencia que otras.
¿Hay cura para el COVID-19?
Aún no existen pruebas de que alguna vacuna o medicamento pueda prevenir o curar la enfermedad. Sin embargo, los afectados deben recibir atención de salud para aliviar los síntomas; y si el paciente está grave, deberá ser hospitalizado.
La OMS coordina esfuerzos para encontrar la cura contra este nuevo coronavirus que ha acabado con la vida de miles de personas.
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