El cabo del Ejército Francisco Marco Aurelio Atoche Hernández, principal sospechoso de haber asesinado y después quemado a una madre y su hija de 13 años, en , había sido denunciado en agosto último por el delito de violación contra la menor.

Las víctimas, Luz Brígida Angulo Rojas y la adolescente, estaban desaparecidas desde el miércoles pasado. Dos días después, el viernes último, vecinos de la asociación de viviendas Villa Sol, en el anexo 22 de Jicamarca, hallaron los restos carbonizados en un descampado.

Según declaró Marjorie Matos, otra hija de Luz Angulo, su hermana menor conoció al militar cuando este fue a brindar resguardo al colegio San Antonio durante la segunda vuelta presidencial. Allí, doña Luz trabajaba como guardiana y vivía con sus hijas.

La violación se habría producido dentro del mismo colegio nacional. América Noticias accedió a la grabación de un diálogo telefónico que sostuvo Luz Angulo con el cabo del Ejército sobre el tema. La menor, al parecer, tenía dos meses de embarazo. En el registro la mujer le pide al militar conversar, al parecer, sobre lo ocurrido con su hija menor. “Tiene que ser hoy día, yo tengo documentos”, le dice.

Para Marjorie Matos, lo que mayor indignación causaba a su madre es que el cabo continuaba buscando a la adolescente pese a lo ocurrido. Sin embargo, dice, Luz Angulo, mantenía el tema en reserva porque temía represalias en contra de sus familiares.

El miércoles pasado en la mañana, madre e hija salieron de su vivienda para reunirse con el militar, según la menor le comentó a Osni Matos, también hijo de Luz Brígida Angulo. Los restos de las fallecidas serán sometidos a diversas pesquisas para determinar si fueron envenenadas y/o torturadas.

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