Las diferencias en victimización entre los distritos de Lima son muy grandes, con distritos con alta victimización y otros con victimización relativamente baja. También es posible encontrar diferencias importantes entre los distritos en función de si son o no el lugar de procedencia de personas privadas de libertad por la comisión de un delito.
La victimización se mide a partir de las estadísticas policiales o encuestas de opinión pública, sobre las que es posible construir el mapa del delito en Lima, el que distinguirá distritos inseguros de aquellos que lo son menos.
Es posible identificar los distritos de procedencia de los delincuentes gracias a las estadísticas que mensualmente publica el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), a partir de las cuales se construye el mapa de la delincuencia, que distingue a los distritos en función de su inclinación a albergar más o menos delincuentes.
Aquellos distritos con inclinación criminógena serán los que cuentan con una proporción mayor de personas privadas de libertad que la que su peso demográfico ameritaría. Los que no tienen inclinación criminógena son los que cuentan con menos presos en relación con su población general.
Tomemos a la gran Lima, la constituida por Lima Metropolitana y el Callao, con un total de 49 distritos. El Cercado del Callao es el de mayor inclinación criminógena, pues con solo el 4,2% de la población, tiene al 15,0% de sus privados de libertad. Algo similar ocurre con el Cercado de Lima, que con el 2,8% de la población, tiene el 7,4% de sus presos.
El mapa que emerge es el de dos clústeres con inclinación criminógena, integrado el primero por el Cercado del Callao y Bellavista, y el segundo por el Cercado de Lima, La Victoria, el Rímac, El Agustino y Breña. Otros distritos con inclinación criminógena son Barranco, Surquillo y Lince en Lima moderna, así como Independencia y Comas en Lima Norte, y Chorrillos y Villa El Salvador en Lima Sur. El resto de distritos tienen igual o menos presos que su peso demográfico.
Los distritos con mayor inclinación criminógena son los que, en general, cuentan con tasas de victimización altas, como lo demuestra la Segunda Encuesta Metropolitana de Victimización de Ciudad Nuestra del 2012.
Son distritos que demandan una atención especial de la política de seguridad, pues requieren no solo prevención policial y persecución penal, sino intervenciones integrales que combinen esfuerzos de renovación urbana con generación de oportunidades laborales para los jóvenes, control de las armas de fuego y mecanismos de solución pacífica de conflictos; junto con acciones para enfrentar los condicionantes sociales del delito, como la violencia en el hogar, la deserción escolar y el consumo problemático de drogas y alcohol.
Para que estas intervenciones sean realmente exitosas, deben focalizarse ya no en los distritos, sino en los barrios con mayor índice de vulnerabilidad. Para construir el mapa metropolitano de la delincuencia a nivel barrial, necesitamos que el INPE nos proporcione la información necesaria.
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