Impunidad que reina en las pistas dejó otra familia destruida
Impunidad que reina en las pistas dejó otra familia destruida
Redacción EC

LOURDES FERNÁNDEZ CALVO

Rocío Miranda Plascencia ha decidido dejar de llorar por la muerte de Marcio, el mayor de sus dos hijos. Ahora, dice, tratará de aplacar el dolor para salir a buscar justicia. “El culpable de su muerte debe estar tras las rejas y no salir más”, expresa mientras observa la fotografía de este chico de sonrisa perfecta. 
 
Lo último que Rocío escuchó decir a Marcio (22 años, jugador de rugby y administrador recién egresado) fue que este año iba a ser diferente.  
 
Marcio murió seis horas después de haberse iniciado el 2014. El taxi en el que viajaba con su enamorada Gabriela Cabrejos Callañaupa; la hermana de esta, Alexandra, y su amiga Karla María Schanks Dancuart, ambas de 18 años, fue por un auto Mercedes Benz en la , en
 
Karla aún se encuentra grave en la clínica San Pablo.
 
El conductor del auto, Renzo Walters Aimini, desapareció del lugar minutos después del choque, no se sometió al dosaje etílico de ley y hoy está libre. Recién cuatro días después del accidente,Walters Aimini reconoció su culpa ante la policía y dijo que la visión se le nubló cuando manejaba, porque sufre de coma diabético. 
 
Pero los policías de la comisaría de Miraflores no creen esta versión y sospechan que conducía ebrio. “Hay una serie de contradicciones y documentos que no encajan con su versión”, contó a El Comercio uno de los investigadores del caso. 
 
LAS CONTRADICCIONES
En su manifestación ante la policía, Walters Aimini afirmó que no vio ni a los cuatro jóvenes ni al chofer que gritaban por auxilio en lo que quedaba del taxi. No obstante, según la policía, un video de las cámaras de seguridad demuestra lo contrario. En las imágenes se observa que Walters Aimini no solo vio a los jóvenes heridos, sino que estuvo dando vueltas por la escena durante unos seis minutos y luego desapareció.
 
Como prueba de su enfermedad, el chofer presentó una constancia médica que se realizó al día siguiente en una clínica de San Isidro. Lo extraño es que el documento está firmado por el doctor Nicolás Heredia Neciosup, hermano de su propio abogado
 
Peor aún, Walters Aimini afirmó que por su enfermedad no puede beber licor. Sin embargo, en junio del año pasado los agentes de la misma comisaría lo intervinieron por conducir con 0,4  gramos/litros de alcohol en la sangre. El límite es 0,5 gramos.
 
Debido a la gravedad del accidente, la policía ha concluido que el chofer es responsable de la muerte de Marcio y de las lesiones que ocasionó a las otras cuatro personas. En el atestado, que será presentado ante la fiscalía la próxima semana, la policía pedirá que Walters Aimini sea denunciado hasta por seis delitos: homicidio culposo, lesiones graves, omisión de socorro, exposición de personas al peligro, contra la administración de justicia (por haber fugado) y contra el peligro común.
 
CHOFER DICE QUE NO HUIRÁ
En un correo enviado a El Comercio, Walters Aimini negó ser quien aparece en el video y asegura que se fue de la escena del accidente porque supuso que tenía un derrame interno.  
 
También dijo que intentó contactarse con los familiares de las víctimas para ayudarlos económicamente, pero, afirmó, no los pudo ubicar. 
 
Prometió no huir del país ni de las investigaciones.

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