"Lima, cómo te vemos", por Jorge Ruiz de Somocurcio
"Lima, cómo te vemos", por Jorge Ruiz de Somocurcio

Terminaron los festejos por el aniversario 481 de Lima y nos quedan los testimonios de amor-odio recogidos para la ocasión, de los cuales posiblemente lo más relevante venga de Lima Cómo Vamos y su sexta encuesta.

Salta a la vista el incremento de la sensación de desigualdad en el ámbito urbano y en los servicios en general, tanto por el acceso a estos como por la calidad de los mismos. Esta evidencia ratifica la existencia persistente de barrios segregados y mal servidos en la metrópoli, a pesar de la bonanza económica durante casi una década. En el 2010, solo el 29% de limeños pensaba que su calidad de vida había empeorado; hoy, el 47% opina así.

Los problemas más sentidos de la capital se repiten: la inseguridad (85%), el transporte público (49%), la limpieza y la basura (35%) y la contaminación ambiental (32%). 

¿Qué quiere decir esto? Que el modelo de gobierno de la metrópoli tocó fondo. La inseguridad requiere una coordinación funcional con el Gobierno Central y una policía  bajo la competencia del alcalde, como en otras ciudades. Por otro lado, mientras no haya una autoridad única del transporte que siga un plan metropolitano, la movilidad urbana será excluyente. La contaminación y la limpieza, también, requieren de un sistema metropolitano y no de 43 entidades recolectoras de las 5.000 toneladas de residuos que produce a diario Lima, de las cuales 1.000 terminan en ríos, parques y chancherías. Inconcebible en una ciudad del siglo XXI. 

El 75% de la población de Lima va a los parques a comer, tomar fotos de novias o hacer deporte, pero solo 31% de limeños están satisfechos con estos espacios públicos. Por lo tanto, la reserva de suelo y la creación de áreas para el ocio, recreación y cultura aparece en agenda como una de las urgencias de la capital, especialmente en los conos. Esta preocupación ya es tendencia en varias partes del mundo.

Ello nos conduce a pensar en un modelo de ciudad con los ríos Chillón, Rímac y Lurín convertidos en parques lineales, los cerros que bordean la ciudad y el morro Solar en un cinturón ecológico y paisajista y la Costa Verde como un gran parque zonal marino. La base para una nueva visión de la costa limeña está dada ya por la aspiración del 65%  de limeños, que la identifica con un espacio que debe priorizar a las personas en lugar de los vehículos.

Finalmente, más del 80% de limeños coinciden en que debe haber un plan que guíe el crecimiento y desarrollo de la ciudad, lo cual es  una base excepcional  para los consensos que necesita un plan metropolitano. Si bien las encuestas reflejan un momento determinado, estamos ante una tendencia que evidencia el divorcio casi insalvable entre las necesidades de la ciudad y el modelo de gestión para atenderlas. De cómo se resuelva ese nudo gordiano dependerá el futuro de una ciudad que tiene todo para ser exitosa. ¿Se iluminarán los 36 nuevos congresistas por Lima que vendrán, para darle a la capital modernas herramientas de gobierno?

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