Marihuana: ¿cuándo es medicinal y cuándo adictiva?
Gladys Pereyra Colchado

Diez años lleva viviendo con un extraño síndrome neuromuscular que afecta el habla y la motricidad. De no ser ilegal el aceite de cannabis, podría ver reducidos los síntomas y mejorar su calidad de vida. Por ello, el cantante pide la aprobación de la ley que legaliza la medicinal para ayudar a miles de pacientes que, como él, se encuentran en la misma situación

En Perú, poseer más de 8 gramos de o 2 gramos de sus derivados es sancionable, incluso si hablamos del aceite que podría usarse para reducir convulsiones por epilepsias. Esta premisa impulsó a que el Gobierno presente en febrero pasado un proyecto de ley para la legalización del uso medicinal de la marihuana.

Pero, ¿cuándo hablamos de marihuana medicinal y marihuana como una droga? La jefa de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Carmen Masías, explica que para que la Cannabis sativa (nombre científico de la planta) tenga fines terapéuticos primero ha debido pasar por procesos que separen los compuestos dañinos de los medicinales.

“Hay que diferenciar la marihuana fumada, la recreativa, con la cual no estamos de acuerdo ni queremos legalizar”, precisa a El Comercio.

La marihuana está compuesta por más de 100 sustancias químicas, siendo las más importantes el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El THC produce los efectos físicos y psicoactivos (actúa sobre el sistema nervioso) comúnmente conocidos como “volar”, mientras que el CBD tiene propiedades antinflamatorias y analgésicas. Según dio a conocer el doctor , gracias al trabajo de cruce de plantas se han conseguido dos variedades de marihuana con alto contenido de CBD y menos presencia de THC: la Charlotte Web en Colorado y la Avidekel en Israel.

“Para la marihuana medicinal se hace una separación del alcaloide THC y se aísla el componente graso que es el CBD, el cual se convierte en aceite y se da a los niños en gotas por vía digestiva”, detalla Carmen Masías.

Con este aceite se tratan enfermedades como las epilepsias y síntomas como convulsiones infantiles. Para los adultos también existe un fármaco llamado Sativex, el cual es un derivado de la marihuana que combina el THC con CBD para el tratamiento de la esclerosis múltiple.

Por ello, considera que el debate sobre su legalización medicinal es un tema humanitario que puede mejorar la calidad de vida de muchas personas. “Hay una gama de medicinas para el dolor, para enfermos terminales, para personas que están en quimioterapias y tienen vómitos incontrolables. Cuando esas medicinas no son útiles se piensa en la marihuana medicinal”, señala.

Por ejemplo, la jefa de Devida destaca la experiencia de Chile, donde existen plantones de marihuana destinados a la atención de grupos minoritarios que no responden a la medicina convencional. En abril del 2015, las autoridades del municipio chileno de La Florida y la Fundación Daya realizaron la primera cosecha para aliviar el dolor de 200 enfermos de cáncer.

Sin embargo, Carmen Masías es enfática en resaltar que tanto los tratamientos como el cultivo con fines terapéuticos deben ser supervisados por el Estado. Además, insiste en que no se debe generalizar y pensar que la marihuana por sí sola es curativa. “Es una droga peligrosa y adictiva”, resalta.

La legislación penal peruana sanciona la promoción, tráfico y microcomercialización de drogas. No obstante, el artículo 299 del Código Penal prevé una posesión no punible para el consumo propio. En el caso de la marihuana, es un máximo de 8 gramos o 2 gramos de sus derivados. Si esto se excede se presume que la posesión tiene fines de microcomercialización y si sobrepasa de 100 gramos ya se habla de tráfico ilícito de drogas.

En América Latina, el uso medicinal de la marihuana es legal en Uruguay, Colombia, Puerto Rico, Argentina y Chile. Argentina y México están en proceso para su aprobación

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