“Soy un héroe, los salvé de un monstruo”. Así se consideraba Mario Poggi en una entrevista brindada a El Comercio en el año 2011, cuando se cumplieron 25 años del crimen de Ángel Díaz Balbín, el presunto descuartizador que el psicólogo mató en la sede de la desaparecida Policía de Investigaciones del Perú (PIP).
Mario Poggi Estremadoyro falleció la tarde del viernes a los 73 años de edad tras sufrir dos paros cardíacos en el hospital Casimiro Ulloa.
Tres décadas antes, saltó a las páginas policiales por ahorcar con su correa al hombre acusado de ser el “descuartizador de Lima”.
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Eran las 11 de la noche del domingo 9 de febrero de 1986 cuando Poggi salió calmado de la sala de interrogación de la policía e informó que había matado a quien consideraba un peligro para la sociedad. En sus palabras, tomó la decisión de asesinarlo, pues a pesar de que era un sicótico paranoico, no habría suficientes pruebas para encarcelarlo. Por aquellos años ya se conocía a Mario Poggi como un excéntrico psicólogo especializado en Europa y profesor del Centro de Instrucción PIP.
Tres días antes, la PIP le había pedido examinar y realizar un perfil psicológico de Díaz Balbín, detenido por ser el principal sospechoso del descuartizamiento de al menos a siete mujeres.
Ángel Díaz Balbín había estado recluido en el penal de Lurigancho desde 1976, por haber matado a una tía y dos de sus primos. Además, se le acusaba de haber descuartizado a una italiana. Sin embargo, su salida en semilibertad coincidió con la aparición de restos humanos en la ciudad. Entre diciembre de 1985 y enero de 1986 se encontraron partes de mujeres en avenidas y basurales de Lima, hasta que una testigo aseguró haber visto a Díaz Balbín dejando una bolsa con un cuerpo seccionado.
Mario Poggi fue hallado culpable de homicidio simple y condenado a 7 años de prisión. Sin embargo, solo estuvo cinco años en el penal San Jorge y salió en libertad en 1991.
Desde entonces, se convirtió en un asiduo visitante a programas de televisión para relatar el homicidio, primero, y luego para cualquier cosa que la búsqueda de rating exigiera. Se tiñó el cabello de color verde y se hizo llamar loco.
Publicó tres libros, participó en la película “Mi crimen al desnudo” sobre el caso Díaz Balbín y en el año 2006 postuló sin éxito a la Presidencia del Perú. En sus últimos años, era común verlo en una banda del parque Kennedy de Miraflores vendiendo libros y realizando pruebas psicológicas.
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