El departamento de Barrera, cotizado en US$5 millones, es una de las propiedades que habría adquirido con dinero de origen ilícito.
El departamento de Barrera, cotizado en US$5 millones, es una de las propiedades que habría adquirido con dinero de origen ilícito.
Ana Briceño

Luis Barrera Palacios dormía en la madrugada de ayer en su lujoso departamento de San Isidro, por el que pagó en efectivo US$5 millones, cuando un grupo de policías tocó su puerta. Lo detuvieron por presuntamente encabezar una red criminal que lavaba dinero proveniente del tráfico ilícito de drogas.

La fiscal Yovana Mori y la División de Investigación de Lavado de Activos investigaron a Barrera, de 65 años, durante más de un año.
También fue detenido su hijo, Luis Barrera Macchiavello, cuando se dirigía al aeropuerto; su chofer, Roberto Rabanal Mendoza, y una mujer identificada como Maura Jacinto Asto, quienes serían sus testaferros.

►  
► 
► 

Según el Ministerio Público, la red estaría formada también por la esposa de Barrera, Emma Macchiavello, y su hija, Giuliana Barrera Macchiavello.

Una vez detenido, sin que oponga resistencia, Barrera guardó silencio. Él y los otros tres capturados permanecerán en el calabozo de la Dirincri durante 10 días de manera preliminar.

Las autoridades incautaron 25 inmuebles, la mayoría en Lima Metropolitana, y 15 vehículos.

—Ruleteo del dinero—
La hipótesis de la fiscalía es que el dinero ilícito que Barrera habría conseguido del tráfico de drogas lo ingresaba al “circuito económico a través de transferencias bancarias entre empresas, a personas naturales, también mediante la adquisición de bienes (inmuebles, vehículos) y apertura de cuentas bancarias en diversas entidades financieras”.

La investigación comenzó cuando la Unidad de Inteligencia Financiera detectó que Barrera Palacios tenía una empresa ‘offshore’ en Panamá y, desde allí, transfería cantidades de dinero a empresas peruanas dedicadas a la exportación de harina de pescado y conchas de abanico. En tres años, según las pesquisas, se habrían derivado unos US$70 millones.

“Son empresas fachada, sus gerentes no tenían estudios universitarios, algunos ni terminaron la secundaria. Era gente humilde. Crean un sistema de empresas para dar sostenibilidad a una estructura criminal. Luego el dinero empezó a saltar de una empresa a otra”, explicó una fuente de la fiscalía que investiga el caso.

Roberto Rabanal trabajaba como chofer de Barrera y, a la vez, habría sido su testaferro. Según la investigación fiscal, “es titular de cuentas con cuantiosas sumas de dinero, recibía dinero de la empresa ‘offshore’ Blue Fire Financial y adquiría bienes”.

Maura Jacinto figura como gerenta de una de las empresas y se señala que recibía dinero de la ‘offshore’ para hacer transferencias. La fiscalía sostiene además que “Barrera y su esposa, Emma Macchiavello, habrían dado directivas a sus testaferros para que firmen documentos de cuentas”.

Contenido sugerido

Contenido GEC