Selene Martínez Samame fue asesinada el martes al recibir dos certeros disparos en la cabeza luego de salir del penal de Lurigancho, su centro de trabajo. Es así que la muerte de la trabajadora del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ha dejado varias preguntas aún sin resolver.
Una posible respuesta a este crimen es que la orden de asesinar a la mujer de 43 años haya provenido del interior del penal.
De acuerdo a sus compañeros de trabajo, Martínez Samame era una persona cercana al coronel Tomás Garay, quien se encuentra a cargo del centro penitenciario. Ella habría revelado algunos nombres de internos que generan problemas y que deberían ser trasladados.
Indicaron en informe del noticiero "24 Horas" que trabajaba con el coronel los cambios que se darían en el penal. “Todas las veces que han sido ejecutados los colegas siempre han sido (responsables) los internos, como una forma de venganza”, contó uno de los compañeros de la víctima.
Durante el traslado del cuerpo, el vicepresidente del INPE, Javier Llaque, indicó que la mujer asesinada que cuenta con más de 20 años de servicio “es una mártir de la institución”.
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