Gladys Pereyra Colchado

A nadie le gusta pensar escenarios catastróficos, menos en medio de una pandemia que en menos de dos años ha dejado más de 200 mil fallecidos en el país. Pero hay instituciones que sí analizan todos los riesgos posibles. Somos un país sísmico y el Instituto Geofísico del Perú (IGP) ha logrado identificar la zona de mayor acumulación de energía, Cenepred ha contado las casas y los distritos que resultarían más afectados, la Dirección Nacional de Hidrografía, el alcance de las olas de eventual tsunami; el Cismid, los suelos menos seguros. Toda esta información existe y se sustenta en años de investigaciones. Existe, pero no se toma en cuenta.

“A veces nos olvidamos dónde vivimos”, dice Hernando Tavera, ingeniero geofísico que preside el IGP, en referencia a nuestra ubicación en el mundo, como uno de los eslabones de la cadena que reúne el 85% de actividad sísmica del planeta: el Círculo de Fuego del Pacífico.

Puede resultar desolador pensar en un eventual terremoto justo ahora, pero es una posibilidad que solo se puede enfrentar con preparación. Y el primer paso es saber a qué nos enfrentaríamos.

LEE TAMBIÉN: #EstemosListos, por Juan Aurelio Arévalo Miró Quesada

El escenario es este: frente a la costa central del país hay una zona de acoplamiento sísmico de 460km - de Casma a Pisco-, que lleva 275 años sin un terremoto de gran magnitud. Los sismos son cíclicos, dice el IGP, y el más potente del que se tiene registro en Lima y Callao ocurrió en 1746. Su magnitud fue de 8,8 y aunque desde entonces siguieron otros movimientos potentes en años como 1966 y 1974, ninguno habría liberado la energía acumulada (fueron sismos iguales o menores a M8,0).

Las zonas de acoplamiento sísmico en Perú. Frente a Lima se encuentra el área más grande que podría liberar energía de un sismo de 8,8, como el que ocurrió en 1746. (Fuente: IGP)
Las zonas de acoplamiento sísmico en Perú. Frente a Lima se encuentra el área más grande que podría liberar energía de un sismo de 8,8, como el que ocurrió en 1746. (Fuente: IGP)

De ocurrir no llegaría solo. El pronóstico del IGP es que un sismo de esta naturaleza provocaría en un lapso de 10 horas por lo menos 200 réplicas - una cada tres minutos -, dos de ellas con magnitudes de M7.5 y M8.0, licuación de suelos en distritos como Ventanilla, Callao, Chorrillos, en las vías Panamericana Norte y Sur, deslizamientos en Ancón, Ventanilla, Costa Verde, Villa el Salvador, en laderas de los cerros y a lo largo de la carretera Central, caída de piedras. A los 22 minutos, un tsunami del que se tienen .

El suelo es la clave

Para tener una idea de lo potente que puede ser un terremoto de esta magnitud, el indicador clave es el nivel de sacudimiento del suelo. Este concepto, relacionado con el tipo de suelo, considera que en una misma ciudad las ondas sísmicas pueden amplificarse en unos sectores. Suelos de arena, arcilla o relleno son los que más daño pueden presentar.

La estimación de Tavera es que un sismo de 8,8 puede generar valores de sacudimiento por encima de los 500 cm/s2 en Lima y entre 700 a 900 cm/s2 en el Callao (con Ventanilla incluso a 1.100 cm/s2). Para comprender cuán potente significa esto, durante el terremoto de Pisco del 2007, Lima se sacudió a 80 cm/s2 y en el reciente de Mala, el sacudimiento en la capital fue solo de 35 cm/s2. En Ica, el terremoto del 2007 causó 400cm/s2, la mitad de lo que podría registrarse en la capital. Ante este escenario, en Villa El Salvador, Ventanilla o Chorrillos, cuyos suelos están compuestos por arenas eólicas y rellenos, las ondas sísmicas se amplificarían.

Mapa de riesgo de Cenepred
Mapa de riesgo de Cenepred

En número de afectados en las proyecciones tampoco son alentadoras. El Centro Nacional de Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres (Cenepred) elabora un informe anual sobre el riesgo ante sismos. Para evaluar el nivel de peligro analiza los tipos de suelo, la densidad poblacional y los niveles económicos de cada distrito. El último informe, de diciembre de 2020, señalaba que solo en Lima y Callao el 76% de la población está en nivel de riesgo muy alto, unas 7 millones de personas. Si solo se consideran viviendas son 226.894 con riesgo muy alto en el Callao y 1′752.970 en Lima, principalmente en San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Comas, Ate y el Callao.

¿Hay algo que se pueda hacer? Evitar el sismo no, pero sí que una casa esté mal construida y colapse sobre alguien, que un acantilado se desmorone por no haber sido protegido de forma integral o que nadie fiscalice que viviendas sigan levantándose en suelos de relleno. Para empezar, . En las siguientes semanas, la campaña #EstemosListos de El Comercio presentará informes para conocer más a detalle qué se puede para reducir riesgos, desde acciones individuales a políticas públicas.

VIDEO RECOMENDADO

¿Tu familia está preparada para un terremoto?

Estemos listos. Miércoles bajas
¿Qué podría suceder en caso de un sismo de 8.8 grados de magnitud? (Video: El Comercio)

Contenido sugerido

Contenido GEC