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Cuando estaba de servicio, el teniente PNP en retiro Yoel La Madrid quedó cuadripléjico tras enfrentar al terrorismo. Hace poco más de un mes, perdió el conocimiento y su esposa, Yudy Flores, lo trasladó de inmediato al Hospital Central de la Policía, donde le diagnosticaron un accidente cerebro vascular (ACV) leve y una presunta neumonía. Por esta última condición, lo internaron en el pabellón de pacientes COVID-19 pasivo, a pesar de que había dado negativo en la prueba rápida.
Al día siguiente, Flores preguntó por la evolución médica de su esposo y le respondieron que había mejorado y que “podía mover las piernas y manos”. “La doctora me respondió que se estaba recuperando con las medicinas, que ya movía sus brazos y piernas. Le dije: ‘¿Cómo puede mover sus brazos y piernas si es una persona cuadripléjica’”, expresó indignada a este Diario.
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Ante el temor de que su esposo contrajera el virus, Flores coordinó con amigos de promoción de La Madrid el traslado a la clínica Maison de Santé. En esta, le diagnosticaron infarto cerebral y fue intervenido quirúrgicamente. El teniente en retiro superó la operación y empezó a recuperarse, pero días después dio positivo para COVID-19. El 3 de agosto falleció.
La historia de La Madrid es una prueba de lo que ocurre con los policías que, por haber estado en servicio, tienen una discapacidad. La semana pasada, dos de ellos fallecieron por infección de COVID-19. Sus familiares afirman que no recibieron atención médica oportuna en el Hospital Central de la Policía y que esto desencadenó su muerte. Todo ello a pesar de que el presidente Martín Vizcarra, en su último mensaje a la nación, destacó que los establecimientos de salud de los militares y policías se mejoraron durante su gestión.
El Comercio ha confirmado a través de testimonios de policías y familiares que la cantidad de equipos médicos es limitada, que falta personal calificado y que la atención es deficiente. Desde que se inició la pandemia, los efectivos con discapacidad dejaron de recibir materiales biomédicos como sondas y bolsas de recolección urinaria indispensables para su tratamiento.
Abandono
La viuda del teniente La Madrid contó que mientras estuvo en el servicio de emergencia no les hicieron caso, no les dieron una camilla. “Vi a varios pacientes que estaban abandonados en los pasillos, que han muerto por la falta de atención. En el servicio de UCI todos son internos, no hay médicos especialistas”, relató.
Una situación similar le ocurrió a Dennise Hancco, hija del suboficial PNP (r) Antonio Hancco. El policía retirado de 61 años perdió una pierna en servicio enfrentando al terrorismo, y el pasado 22 de julio ingresó a emergencias del Hospital de la Policía por problemas de respiración. Le diagnosticaron COVID-19 y al cuarto día le informaron que necesitaba una cama UCI. “Pregunté cuándo le iban a dar una cama y me respondieron que no era prioridad. Le increpé que no sería prioridad para ellos, pero sí para mi familia. Me dijo que estaban dando preferencia a los pacientes jóvenes”, recordó Denisse.
El 1 de agosto, ella logró que su papá fuese trasladado a una clínica local luego de denunciar en la prensa la falta de atención médica, pero seis días después Hancco falleció.
Sin material
El suboficial en retiro Carlos Durand es el presidente de la Asociación de Discapacitados de la PNP, que agrupa a 119 exagentes. Ellos pertenecen al programa de atención de lesiones medulares.
En diálogo con El Comercio, el dirigente reclamó la entrega del material biomédico para los policías retirados con alguna discapacidad y que se han visto afectados en esta pandemia. “Las sondas fueron distribuidas hasta fines de marzo y la [dirección de] sanidad dice que se hace la compra y hasta la fecha nada”, manifestó.
Asimismo, Durand exigió a las autoridades que atiendan con urgencia a los pacientes cuyas escaras han avanzado. “Hay 24 policías que tienen heridas graves, porque no han sido atendidos en cirugía plástica. Les han cortado el tratamiento y nadie nos hace caso”, dijo.
Este Diario también conversó con el suboficial en retiro José Ponciano, paciente cuadripléjico que dirige un programa en redes sociales. Él señaló que Vizcarra promulgó durante la pandemia el Decreto Legislativo 1468, que “declara a los discapacitados como personas vulnerables” frente al COVID-19 que deben ser atendidas por el Estado. “Por el contrario, nos han abandonado a nuestra suerte. Tenemos que lavar las sondas con lejía para utilizarlas por otras dos o tres semanas. No tenemos cómo adquirirlas”, dijo.
Descargos
El director del Hospital de la Policía, el coronel PNP Nagy Cabrera, sostuvo a El Comercio que tienen 22 camas UCI, y que los ventiladores mecánicos presentados por el exministro Gastón Rodríguez “se encuentran tanto en el Hospital Central, como en el Augusto B. Leguía, que tiene cinco camas UCI”. Precisó que cuatro equipos donados fueron enviados a Arequipa y el consorcio a cargo del equipamiento del nuevo hospital que se está construyendo ha entregado algunos ventiladores mecánicos.
Sobre la falta de atención de pacientes discapacitados, respondió que tienen “un médico exclusivo para ellos”, quien va a los domicilios a evaluarlos y curarlos. “En algún momento por la pandemia fue retirado, pero inmediatamente se lo repuso”, dijo.
Cabrera reconoció que tienen limitaciones con médicos especialistas y que “no hay muchos”. “Tenemos médicos civiles y con grado. Se han partido [en el horario] para trabajar en el hospital Augusto B. Leguía. Como en todos sitios, no hay muchos médicos intensivistas, estamos bien bajos”, admitió.
PNP no ha comprado nuevos ventiladores
El Comercio pudo constatar que entre el 2019 y el primer trimestre de 2020 la PNP adquirió un lote de equipos médicos por renovación. Sin embargo, en dicha compra no se adquirió ningún ventilador mecánico. Esta información fue confirmada por el Director de Salud Policial, el general PNP Julio Mercado.
Según el Ministerio del Interior, la empresa Backus donó un hospital de campaña, 15 ventiladores mecánicos, 45 camas quirúrgicas, 45 mesas metálicas, cuatro monitores multipropósito, cuatro coches de paro y cuatro desfibriladores. Además, Interbank donó tres plantas de oxígeno, la Asociación de Bancos donó dos ambulancias y la embajada de los Estados Unidos entregó dos unidades de transporte y aislamiento médico especialmente diseñados para pacientes con COVID-19.
El general PNP Julio Mercado, director de la Sanidad, admitió que los ventiladores mecánicos que forman parte de los equipos de la nueva sede del hospital que se está construyendo en el distrito de Jesús María, no habían sido entregados. A pesar de que el gobierno emitió un decreto de urgencia, al inicio del estado de emergencia, que disponía la entrega inmediata de los equipos al Ministerio de Salud para la atención médica en esta pandemia.
Consultado por El Comercio, el director del Hospital de Policía, el coronel PNP Nagy Cabrera aclaró que los 10 ventiladores que fueron enviados a la FAP todavía no han sido reparados. Indicó que se ha ampliado la capacidad hospitalaria con oxígeno y que las plantas donadas por Interbank aún no han llegado al país.
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