El alcalde de La Molina, Juan Carlos Zurek, recibió el informe final del plan urbano distrital 2018-2028 para dicha jurisdicción. Este documento, que plantea cambios en la zonificación y alturas, deberá ser sometido a votación en el Consejo Distrital la próxima semana. De ser aceptado por 7 de los 11 regidores, será entregado a la Municipalidad Metropolitana de Lima para su revisión y posterior aprobación.
Sin embargo, este plan no cuenta con el respaldo de todos los vecinos del distrito, Un grupo de ellos firmó la semana pasada un memorial para rechazar la propuesta de zonificación y cambio de alturas para las avenidas Javier Prado y La Molina, y otras vías aledañas, que se había incluido en el documento preliminar del plan que se colgó en la página web del municipio.
Ellos denuncian que no fueron convocados para ser parte de la elaboración de la propuesta. Respaldan su solicitud en el artículo 36 del Decreto Supremo 022-2016 del Ministerio de Vivienda, en el que se menciona que la sociedad civil participa en todo el proceso. “Nos enteramos del plan cuando su elaboración ya estaba por terminar”, dijo Robert Galarreta, arquitecto que reside en La Molina.
Además, resaltan que el plan preliminar no contaba con un estudio adecuado para mejorar el transporte público. Por ejemplo, los buses de corredor no abastecen a todos los sectores y hay presencia de colectivos informales. Según los vecinos, incrementar la densificación y alturas podría generar mayor congestión vehicular.
El alcalde Zurek dice que el documento final ha tomado en cuenta las inquietudes de los vecinos. “Las avenidas Los Ingenieros, La Molina, Los Frutales, Las Palmeras no podrán tener más pisos que lo permitido en la actualidad [su altura máxima es de 3 a 4 niveles]”, señaló Zurek.
Asimismo, informó que sí habrá cambios en las zonas que tienen comercio focalizado. Es el caso de la Av. Corregidores, en el tramo frente a la sede de la Universidad San Martín, que pasaría de 3 a 4 pisos, y de la Av. Constructores que cambiaría de 3 a 5 pisos.
Para el urbanista, Angus Laurie, la inquietud de los vecinos es válida. “Lo ideal sería subir las alturas en un radio cercano a las líneas de metro y otros servicios de transporte público, pero estos aún no están definidos”, señaló.