Antes de que se convirtiera en alcalde de San Isidro, Augusto Cáceres era conocido por aparecer en un comercial de televisión en el que promocionaba la clínica estética que lleva su nombre. Ahora lo es por su inexplicable postura ante las obras del Puente de la Amistad y la demolición del mercado de su distrito.
Aunque ha intentado adoptar la posición de víctima, Cáceres asegura que las obras complementarias del puente serán culminadas en unos 30 días. Sobre el mercado, aduce que no podía continuar abierto por las condiciones sanitarias en que se encontraba y que los comerciantes no aceptaron sus propuestas. Lo cierto es que en el peor momento de la pandemia, dejó a un centenar de personas en la calle. El predio donde se levantaba el centro de abastos hoy parece territorio de guerra.
San Isidro no tenía un alcalde de Acción Popular desde 1983, cuando Alberto Conroy perdió la reelección a manos del candidato del PPC. Conroy había llegado al cargo como parte de la marea populista que llevó a Eduardo Orrego a la alcaldía de Lima en 1980.
Algo parecido sucedió hace dos años. El inesperado ascenso de Jorge Muñoz provocó que, por arrastre, la lampa se encumbrara en distritos donde sus candidatos aparecían relegados en las encuestas. El lunes 8 de octubre de 2018, un día después de los comicios, millones de personas descubrieron a quiénes habían elegido. Cáceres era uno de esos alcaldes invisibles.