Tráfico caótico en Lima: una propuesta para mejorar

En los últimos años, las calles de Lima se han transformado en una especie de Grand Prix: todos pugnan por llegar primero a su destino. Entre los múltiples problemas de nuestro caótico tráfico resaltan dos: casi nadie respeta a los peatones en los pasos de cebra y muchos conductores, con una actitud egoísta, causan nudos en los cruces de las calles.

Ante este panorama, El Comercio, en coordinación con el Ministerio del Interior (Mininter) y la Policía Nacional del Perú (PNP), emprende desde hoy una campaña para poner este problema en la agenda pública y contribuir a sensibilizar a la población. Los contenidos de esta iniciativa se difundirán a través de nuestras ediciones impresas y digitales, así como por redes sociales. Este Diario también acompañará a la policía durante sus operaciones y realizará transmisiones en vivo.

El objetivo es sensibilizar a los choferes para erradicar los nudos en las esquinas, y poner al peatón en primer lugar para que, en un futuro, no haya más muertes por atropellos.

​MÁS DATOS 

7% de los accidentes de tránsito registrados el 2016 por la PNP fueron causados por la imprudencia de un peatón.

42% de las infracciones de tránsito graves reportadas en el país por la policía el 2016 se registró en Lima.​

Y es que el peatón se encuentra en riesgo constante. Según la PNP, de los 425 accidentes de tránsito mortales que se registraron en Lima entre enero y octubre de este año, el 67% fueron atropellos. Casi el 70% de estos accidentes, en los que perdieron la vida 460 personas, fueron ocasionados por conductores que cometieron una conducta imprudente, iban a excesiva velocidad o no hicieron caso a una señal de tránsito.

La tasa de personas que quedan lesionadas por choques, despistes y atropellos en Lima es de 250 por cada 100 mil habitantes, según datos del Consejo Nacional de Seguridad Vial del Ministerio de Transportes. En el último lustro, el promedio anual de heridos por siniestros vehiculares en Lima oscila entre las 23 mil y 25 mil personas.

Debido a su vulnerabilidad, el peatón debería contar con mayor protección cuando se moviliza por la calle. El coronel PNP Franklin Barreto, jefe de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito (Divpiat), advierte que en Lima quienes se desplazan a pie son el eslabón más débil de la cadena vial, a causa de la agresividad de los conductores y su desconocimiento del reglamento de tránsito.

“El derecho de paso en las intersecciones es del peatón. Pero esta regla no es aceptada por los choferes, quienes, incluso, en los cruceros peatonales apuran a las personas y las obligan a ceder el paso al vehículo”, explica el oficial.

—Bloqueo de vías—

Según la Policía de Tránsito, la infracción que más han cometido los conductores en Lima Metropolitana entre enero y octubre de este año es la G47: estacionar en un lugar que afecta la operatividad y avance del servicio de transporte de pasajeros. De las 474.344 infracciones cometidas en ese período, 75.881 corresponden a esa falta. También se colocaron 13.365 papeletas por la infracción G40, que sanciona a quienes estacionan en zonas prohibidas o rígidas.

Esta desobediencia a las normas de tránsito afecta el regular flujo de los vehículos y peatones en la ciudad. Cuando los conductores se saltan el semáforo en rojo y hacen giros indebidos terminan bloqueando las intersecciones y cruceros peatonales.

El especialista en tránsito Juan Carlos Dextre señala que si a estos problemas conductuales se les añade la inadecuada programación de los semáforos y el mal diseño de la infraestructura vial, los riesgos para los peatones se incrementan. “Si una persona ve que es difícil cruzar la pista por la línea de cebra, avanzará temerariamente a mitad de cuadra, en diagonal o en medio de los carros detenidos”, señala.

Alfonso Flórez Mazzini, gerente general de la Fundación Transitemos, añade que los exámenes para obtener la licencia de conducir deberían enfocarse en cuestiones prácticas. Por ejemplo, cómo actuar de manera adecuada en una intersección. “Se debe incidir en que los choferes tengan una conducta menos agresiva al volante”, indica.

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