Mujeres que ceden su conciencia al influjo de las raíces de ciertos árboles africanos. Jóvenes que ponen su fe en arrastrar con los pies bloques de piedra a lo largo de 40 kilómetros. Ancianos que cargan una pesada cruz por pendientes arenosas y calientes. Haití, Cuba, Perú. Los nombres de los países pueden cambiar, pero la creencia es una sola.
“Cautivo(s)” es el título de la muestra que, como parte de la II Bienal de Fotografía de Lima, presenta el fotógrafo Sebastián Castañeda. En ella se incluyen series realizadas entre el 2008 y 2013, cuando Castañeda acompañó a los fieles en cuatro ritos distintos: la fiesta del Señor Cautivo de Ayabaca; la Semana Santa en Souvenance y las sesiones del vudú en la celebración del Día de los Muertos, ambas en Haití; y los sacrificios de los devotos de San Lázaro, en Cuba.
No se trata de rituales ocultos, oscuros o prohibidos, ni de lugares remotos, escondidos. Son más bien epicentros, puntos de encuentro místico que se alimentan cada vez de un número mayor de fieles. Son celebraciones demasiado humanas para ser sagradas, muy místicas para ser terrenales. Son, como las llama el fotógrafo, ceremonias-trance.
Lejos de cualquier exotismo de un fotógrafo turista, lo que busca Castañeda es cuestionar la condición humana fuera de sí, bajo un concepto que fluctúa entre el trance y la penitencia, el fanatismo y la devoción. El fotógrafo no busca probar nada, sino más bien interrogarse a sí mismo. Para él, el cuerpo es solo un instrumento para alcanzar lo celeste. Lo mismo que la cámara fotográfica.
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Lugar: Casa Rímac (Jirón Junín 323, Centro Histórico de Lima).
Temporada: Del 19 de junio al 27 de junio.
Ingreso: Libre.