En la Bienal de Venecia, nadie tiene más de un minuto para recorrer los pabellones de cada país. Por eso, se espera que el curador a cargo de una muestra le descubra al espectador un mundo nuevo, envolviéndolo en una historia cuya protagonista es la arquitectura. Y desde el 28 de mayo del próximo año, serán los arquitectos Jean Pierre Crousse y Sandra Barclay quienes sorprenderán al público europeo contándole una historia épica: la del programa Plan Selva.
Para José Orrego, comisario de la participación peruana en la Bienal de Arquitectura de Venecia, la propuesta ganadora de un concurso abierto que convocó 60 proyectos de todo el país destacó por la forma en que los curadores enfocaron el programa lanzado hace dos años por el Ministerio de Educación, el cual prevé la construcción de mil escuelas en sitios de la Amazonía donde solo se llega en bote. Es el proyecto de jóvenes arquitectos a partir de piezas desmontables de madera y metal, que permite articular las aulas en los lugares más remotos.
UNA DIFÍCIL ELECCIÓN
Como se recuerda, esta es la segunda vez que el Perú tendrá un pabellón propio en una de las citas mundiales más importantes de la arquitectura contemporánea. Se trata de un esfuerzo que compromete a Prom-Perú, la Fundación Wiese y el diario "El Comercio", que garantiza la presencia del país en la cita veneciana por 20 años.
“Nosotros lo que queremos es que la Bienal de Venecia sea un gran pretexto para poder reflexionar y discutir en el Perú qué es la arquitectura”, afirma Orrego, para quien resulta inspirador que el concurso haya recogido 60 propuestas de curaduría. Muchas de ellas tenían que ver con proyectos barriales, estudios sobre la informalidad, o programas estatales de éxito.
Para la elección del ganador, el jurado integrado por Enrique Bonilla (U. de Lima), Reynaldo Ledgard (Católica), Marco Aveggio (Fundación Wiese y El Comercio), Óscar Huaracino (Asociación Peruana de Estudios de Arquitectura) y José Orrego, puso atención al tema planteado por el curador general de la bienal, el chileno Alejandro Aravena. Bajo la frase inspiradora de “Reportando desde el frente”, el arquitecto chileno invita a los participantes, a la manera de un corresponsal de guerra, a llevar a Venecia buenas noticias. Es decir, historias sobre cómo la arquitectura logró transformar significativamente la vida de las personas. Y para el jurado, la propuesta de Crousse y Barclay por su inédito enfoque del Plan Selva fue la mejor noticia.
CONSTRUIR MIL ESCUELAS
Jean Pierre conocía bien el proyecto Plan Selva. Más de la mitad de los jóvenes arquitectos que trabajaban en él habían sido sus alumnos en la Universidad Católica. Asimismo, tenía claras las intenciones del curador Alejandro Aravena. “Lo conozco desde hace mucho tiempo y entiendo perfectamente lo que persigue con la frase ‘Reportando desde el frente’. Él siempre ha apostado por una arquitectura que pueda cambiar el entorno físico y social de las personas. Y para nosotros, el Plan Selva es un ejemplo emblemático”, señala.
Para el arquitecto responsable del diseño del Lugar de la Memoria, se trata de la primera vez que el Estado busca transformar la realidad de la educación en la selva no solo a través de políticas sociales o incentivos económicos, sino fundamentalmente a través de la arquitectura. “¿Qué es lo que frena al Perú actualmente? Pues la falta de infraestructura, la falta de educación y la falta de presencia del Estado en los lugares más alejados. Y esos tres problemas se están resolviendo con el Plan Selva, alineando al Estado con la empresa privada, los organismos internacionales y la sociedad civil. Nos parece un proyecto ejemplar”, dice Crousse.
Sin embargo, su guion curatorial no se agota contando la historia del programa. “Un proyecto como el Plan Selva es innovador en el Perú pero no la escena internacional. Sin embargo, es su situación de frontera lo que cambia todo. Cuando debes construir en un sitio donde solo hay vías fluviales, cuando un proyecto atiende a gente que ha sido olvidada en toda la historia del país, entonces te das cuenta de que el proyecto tiene un sentido épico”, dice.
¿Y cómo se ilustra eso? Crousse lo resuelve con proyectos visuales en paralelo que inciden en lo amazónico. “Sabemos que en Venecia la oferta es enorme y la gente no se detiene en cada pabellón. Por ello es capital enfocarte en algo preciso y potente. Para nosotros, contar el proyecto de construcción de los colegios en su contexto amazónico era muy importante”.
Así, el proyecto propone llevar al visitante a través de un camino sinuoso, donde se extienden los “Amazogramas” de Roberto Huarcaya (fotografías de 30 metros de largo), así como secuencias de las epopeyas fílmicas “Fitzcarraldo” y “Aguirre la ira de Dios” de Werner Herzog. Asimismo, se presentarán carpetas usadas hoy en las aulas amazónicas, para que el público pueda, por un momento, ponerse en el lugar de los niños, capaces de estudiar en las condiciones más duras.
Tras esta experiencia, el visitante de la bienal podrá apreciar el Plan Selva con una mirada sensibilizada. Una que entienda la condición de frontera, y la exigencia heroica que le demanda a la arquitectura peruana intervenir en nuestra frontera final.
DE LA SELVA SUS ARQUITECTOS
El proyecto “Plan selva escuelas: lineamientos de infraestructura para sistema de módulos educativos en la selva” reúne el trabajo de jóvenes arquitectos convocados por el Minedu. Ellos son Claudia Flores, Elizabeth Añaños, Sebastián Cillóniz, José Luis Villanueva, Miguel Chávez, Gino Fernández, Álvaro Echevarría, Alfonso Orbegoso, Luis Miguel Hadzich y Carlos Tamayo.