"Turning Red", "Dragon Ball Super: Suer Hero", "Pinocho" y "Belle" son algunas de las películas que destacaron durante un excelente año para la animación. (Foto composición con imágenes de Pixar, Toei Animation, Netflix y Toho)
"Turning Red", "Dragon Ball Super: Suer Hero", "Pinocho" y "Belle" son algunas de las películas que destacaron durante un excelente año para la animación. (Foto composición con imágenes de Pixar, Toei Animation, Netflix y Toho)
Juan Luis  Del Campo

El 2022 ha sido un excelente año para la animación, donde las corrientes tradicionales, las 3D e incluso el a veces ignorado ‘stop-motion’ han presentado películas destacables e incluso unos nuevos clásicos en el rubro.

Comencemos con la animación más tradicional, representada este año no solo por hermosamente animados filmes como “My Father’s Dragon” del Cartoon Saloon - el estudio irlandés detrás de éxitos como “Wolfwalkers” y “The Secret of Kells” -, sino también el regreso tras un cuarto de ciclo de dos de los zopencos más conocidos de la televisión con “Beavis and Butt-Head Do the Universe”.

Este no fue el único show de televisión que tuvo oportunidad de saltar a la pantalla grande, con “Bob’s Burgers” debutando su primer largometraje aptamente titulado “The Bob’s Burgers Movie” a mediados del año. Asimismo, “Aqua Teen Hunger Force” tuvo una segunda oportunidad para el formato más extenso con “Aqua Teen Forever: Plantasm”.

Pero indudablemente la película más interesante de esta categoría fue “Apollo 10 ½: A Space Age Childhood”, un autobiográfico relato por parte del director Richard Linklater (“Boyhood”) que utiliza la técnica de la rotoscopia - el dibujo sobre un fotograma de filme - para llevarnos a un nostálgico viaje a la niñez del realizador, donde sueños y fantasías se mezclan con la verdadera maravilla que fue la llegada del hombre a la Luna.

Animación 3D

La animación 3D también tuvo una fuerte presencia este 2022, que fue marcado por el regreso de reconocidas franquicias como “Hotel Transylvania: Transformania”, la repetidamente postergada “Minions: The Rise of Gru” y la erróneamente descongelada “The Ice Age Adventures of Buck Wild”. Más importante aún, el universo de “Shrek” volvió a tener una cinta después de una década, con la salida de la sorprendentemente competente “El gato con botas: El último deseo”, que trajo nuevamente a la vida al personaje de Antonio Banderas en una aventura en búsqueda de recobrar sus nueve vidas.

Quizás más interesantes fueron las películas que no formaron parte de una franquicia. Es así que entre mis películas favoritas del año estuvo “Turning Red” de Domee Shi, una sincera y perspicaz mirada a la pubertad durante el inicio del nuevo milenio que destaca por su humor ágil y mensaje profundo, tocando temas usualmente tabúes como la menstruación.

Y hablando de tocar temas frecuentemente ignorados por la industria de animación más ‘mainstream’, Pixar y Disney lograron por fin incluir representación LGBT en dos de sus filmes este año. El primero fue con el ‘spin-of’ de “Toy Story” “Lightyear”, que tras protestas dentro de su propio estudio restauró un censurado beso entre dos de sus personajes femeninos. Mientras tanto, la película de Disney “Strange World” hizo historia al tener como uno de sus protagonistas a un personaje gay, un hito para la ‘casa del ratón’ que encarna perfectamente la frase “mejor tarde que nunca”.

Otros estudios no se quedaron atrás con los nuevos IP, y DreamWorks logró lanzar a inicios del año “The Bad Guys”, una comedia con animales antropomórficos que imita las películas de atracos a lo “Ocean Eleven”. Netflix, que en los últimos años también ha apostado por la animación, lanzó dos películas destacables en este rubro, con el musical romántico “Entergalactic” y la aventura marina “The Sea Beast”.

Anime

Por el lado de la animación japonesa, el año empezó fuerte con la llegada al occidente , una cinta visual y musicalmente impresionante por parte de Mamoru Hosoda (“Summer Wars”, “Wolf Children”) que replantea el clásico cuento de “La bella y la bestia” en una fábula moderna sobre el poder sanador del amor en nuestra sociedad cada vez más digital.

Sorprendentemente, esta estuvo lejos de ser la mejor película de la animación japonesa del año - y no por falta de calidad del trabajo de Hosoda -, ya que tuvo una dura competencia de Tetsuro Araki (“Attack on Titan”), un dinámico filme que gira en torno a un grupo de jóvenes que practica ‘parkour’ en una versión postapocalíptica de Tokio donde la gravedad se ha ido de vacaciones.

Los aficionados de un anime más ‘mainstream’ también tuvieron razones para estar satisfechos, ya que franquicias conocidas también tuvieron su momento en el sol con la salida de películas como “Dragon Ball Super: Super Hero”, la primera cinta de la longeva saga en utilizar primariamente gráficos de computadora, así como el esperado estreno “One Piece Film: Red”, un audaz experimento en la saga creada por Eiichiro Oda que combina su ya tradicional acción con la música.

No podemos dejar de mencionar también la última obra del reconocido Makoto Shinkai (“Your Name”, “5 cm por segundo”) titulada “Suzume no Tojimari”. El realizador siempre ha logrado presentar entretenidas historias románticas que utilizan eventos supernaturales como analogías para la agridulce naturaleza que es la adolescencia y esta nueva cinta no parece ser la excepción, al ser protagonizada por una joven japonesa de 17 años - la titular Suzume - quien debe cerrar misteriosas puertas a otro mundo para evitar que ocurran desastres en su país. Desafortunadamente, tendremos que esperar hasta inicios del 2023 para que la cinta llegue al occidente.

Stop-motion

Una de las categorías de animación más ignoradas en los últimos años tuvo un excelente 2022 curiosamente impulsado por Netflix comenzando con la película antológica “The House”, donde los directores Emma de Swaef, Marc James Roels, Niki Lindroth von Bahr y Paloma Baeza cuentan tres diferentes historias de locura, horror y tragicomedia que giran en torno a la titular vivienda.

Continuando con lo tétrico está “Wendell & Wild”, una comedia del genial Henry Selick (“La pesadilla antes de navidad”, “Coraline”) que reúne a Jordan Peele - ahora más conocido por dirigir clásicos del horror como “Us” y “Nope” - con su frecuente colaborador Keegan-Michael Key. Ambos interpretan a un par de relativamente incompetentes hermanos demoniacos - en el sentido literal de la palabra -que intentan convencer a una niña de 13 años de que los traiga a nuestra realidad.

Netflix se guardó lo mejor para el final con “Pinocho”, estrenada a inicios de diciembre. En un año donde tuvimos tres largometrajes sobre el niño de madera, incluyendo una ignorada versión rusa y un competente, pero innecesario ‘live-action’ de manos de Disney, la cinta de Guillermo del Toro destacó no solo por sus exquisitamente detalladas marionetas y minuciosa animación, sino también por traer nuevo aire a la ya conocida historia. Con su ya famosa tendencia a lo macabro, el realizador mexicano recluta al veterano animador Mark Gustafson (“Fantastic Mr. Fox”) para convertir el cuento de Carlo Collodi en una metáfora de la eterna pelea entre las expectativas de los padres y los deseos de sus hijos, llevando esta figura a su versión más extrema al incluir en la cinta al dictador Benito Mussolini, presentado como el ‘padre de la nación’ en una crítica aguda al fascismo.

No se puede hablar de animación ‘stop-motion’ este año sin mencionar dos proyectos destacables. El primero fue la esperada llegada a los cines de “Mad God”, un titánico proyecto de 30 años por el animador Phil Tippett (“Robocop”, “Jurassic Park”) que nos lleva a uno de los más creativos (y terroríficos) viajes por el inframundo. La otra película es igualmente extraña, aunque con una tendencia cómica. Se trata de “Marcel The Shell With Shoes On”, un ‘mockumental’ (documental falso) dirigido por Dean Fleischer-Camp sobre una pequeña concha parlante cuya búsqueda por su familia perdida la convierte inadvertidamente en una celebridad viral.

Animación peruana

La todavía pequeña industria peruana no estuvo carente de buenas noticias, iniciando con el Premio Platino ganado por la película de animación “Ainbo, la guerrera del Amazonas” en marzo. Y si bien no hubo nuevos estrenos en el rubro de animación nacional este 2022, en el 2023 sí iniciaremos el año con la salida de “Una aventura gigante” este 12 de enero, nueva película de Eduardo Schuldt (“Piratas del Callao”) ambientada en el antiguo Perú y centrado en las misteriosas Líneas de Nazca.

No es el único proyecto en el horizonte de animación peruano, con Tunche Films (“Ainbo”) todavía trabajando en su esperada cinta “Kayara”, una historia sobre una joven que sueña con ser una chasqui.

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