Michael B. Jordan y Jamie Foxx protagonizan "Just Mercy". (Foto: Difusión)
Michael B. Jordan y Jamie Foxx protagonizan "Just Mercy". (Foto: Difusión)
Ricardo Hinojosa Lizárraga

Inspirado en el Movimiento por los Derechos Civiles, escribió a inicios de los años 70 las canciones Southern Man y Alabama, que eran ácidas críticas a la seria situación que vivían allí las minorías afrodescendientes. Referencias al esclavismo, la explotación o el Ku Klux Klan cayeron muy mal en una comunidad envuelta por muchos años en la polémica segregacionista. La respuesta artística la dio la banda con Sweet Home Alabama, tema que alcanzó gran popularidad, reivindicando la imagen de esa tierra sureña. Pero mientras el público disfrutaba la música sin conocer muy bien la historia que había detrás, las cárceles seguían llenándose de inocentes. Miles de historias anónimas sucedieron en todo el territorio norteamericano, a pesar del trabajo incansable de abogados vinculados a causas civiles y humanitarias.

En el objetivo de lograr que la justicia sea más equitativa, marca un antes y un después la llegada a Alabama del abogado Bryan Stevenson (), afroamericano, graduado en Harvard y con un profundo interés por la humanidad que habitaba en los condenados a muerte. Mejor aún: por la humanidad de personas cuyos casos merecían, como mínimo, una exhaustiva revisión, antes de sentarlos en la silla eléctrica, práctica habitual en ese estado para acabar con la vida de los criminales. Pero lo realmente terrible es que no solo acababan con las de ellos.

En 1944, el ‘sur profundo’ norteamericano fue sacudido por la condena a la silla eléctrica de George Stinney, un chico de solo 14 años, acusado del brutal asesinato de dos niñas en Carolina del Norte. 70 años después de su muerte, una investigación reveló que era inocente. Este drama de la vida real inspiró al escritor Stephen King para escribir The Green Mile, llevada al cine como “Milagros inesperados”. ¿Por qué fue condenado Stinney? Por ser negro. Lo mismo le sucedió al boxeador Rubin “Hurricane” Carter, preso entre 1966 y 1985 por un homicidio que no cometió. Aún en estos tiempos, según cifras del 2017 de Departamento de Justicia de E.E.U.U., los afroamericanos y los latinos tienen más del triple de probabilidades de ir a la cárcel que un blanco.

Cuando egresó de Harvard, Bryan Stevenson tenía varias propuestas de trabajo interesantes, pero él soñaba con cambiar el mundo. Tras haber tenido una experiencia reveladora al tener que visitar a un reo en el corredor de la muerte mientras aun hacía una pasantía, tuvo la certeza de que su lugar en el mundo estaba al lado de otros presos con condenas injustas. Llegó a Alabama y fundó EJI (Equal Justice Initiative), una organización sin fines de lucro dedicada a defender a quienes no tuvieran recursos para hacerlo por su cuenta, no confiaran en los defensores de oficio del Estado y, sobre todo, que hayan sido condenados erróneamente. El filme nos ofrece una estadística aterradora: por cada 9 personas ejecutadas en los Estados Unidos, una persona en el corredor de la muerte ha resultado inocente y se le puso en libertad. Un promedio de error inconcebible en cualquier país que se jacte de ser justo.

SE HARÁ JUSTICIA

En junio de 1987, Walter McMillian (), un trabajador maderero de la zona de Monroeville, Alabama, fue arrestado y acusado del asesinato de Ronda Morrison, una empleada de limpieza de solo 18 años, víctima de varios disparos en noviembre de 1986. Tras meses de investigaciones, las autoridades locales no habían podido encontrar pistas, pero la cuestionable declaración de otro delincuente terminó inculpando a McMillian, un hombre sin antecedentes penales que, sin embargo, fue obligado a esperar su juicio en el corredor de la muerte. Los testimonios que lo situaban en otro lado a la hora del crimen fueron desestimados. “Me importa un comino lo que digas o hagas. Me importa un comino lo que diga tu gente. Voy a poner a doce personas en un jurado que van a encontrar culpable a tu maldito trasero negro”, llegó a decirle el sheriff local, Tom Tate.

Es en este contexto que aparece Bryan Stevenson para hacerse cargo de su caso. Pero no sería fácil. En el camino encontraría trabas, falsos testimonios, intimidación directa contra él, sesgo racial y hasta amenazas a su vida: para los pobladores del lugar, Stevenson era un defensor de asesinos. Eva Ansley (Brie Larson), una activista local que se involucró decididamente en la causa de Stevenson, también sufrió amenazas contra su familia.

Pero la injusticia no era un tema ajeno para Monroeville. Para nada. Esta localidad es reconocida porque, en sus calles, crecieron y se hicieron amigos los escritores Truman Capote y Harper Lee. Lee fue la autora de “Matar un ruiseñor”, un libro por el que ganaría el premio Pulitzer de 1961 y que, al año siguiente, se convertiría en la película que haría inmortal a Gregory Peck, por interpretar al paradigmático abogado Atticus Finch. ¿De qué trata? Del juicio por violación contra un joven negro que tiene todas las de perder. No porque sea culpable, sino por el violento racismo de los vecinos y las autoridades. Lee denunciaba en su obra hechos y actitudes que había visto desde pequeña. Sin embargo, casi 30 años después de publicado su libro, nadie en Monroeville parecía haber aprendido la lección. Como dice uno de los hijos de McMillian en la película: “No es solo papá. Nos han puesto a todos en el corredor de la muerte”.

“Las duras verdades sobre injusticia racial se ponen de manifiesto de forma alta y clara, gracias a las interpretaciones estelares de Michael B. Jordan y Jamie Foxx”, ha escrito sobre el filme el crítico de Rolling Stone, Peter Travers. Por su parte, Sara Stewart, del New York Post, dice que Cuestión de justicia “Cuenta una historia profundamente conmovedora, a veces insoportablemente triste (...) El dúo compuesto por Jordan y Foxx demuestra tener una impresionante química para actuar juntos.”

No vamos a entrar en más detalles acerca del argumento de “Cuestión de justicia” para que los lectores vayan al cine y se emocionen en la sala con esta historia real. Todo el proceso judicial en el que Stevenson y McMillian se vieron inmersos fue contado por el primero en un libro de memorias, “Just Mercy: A Story of Justice and Redemption”, que le da nombre al filme en inglés: Just Mercy. Gracias a EJI (Equal Justice Initiative), se ha podido conseguir alivio, revisión o libertad para más de 140 prisioneros en el corredor de la muerte.

LOS DATOS

Título: Cuestión de justicia (Just Mercy)

Año: 2019

País: Estados Unidos

Director: Destin Daniel Cretton

Reparto: Michael B. Jordan, Brie Larson, Jamie Foxx, O’Shea Jackson Jr., Tim Blake Nelson, Rob Morgan.

Género: drama judicial basado en hechos reales.

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