Jamie Foxx y Michael B. Jordan en "Just Mercy". (Foto: Difusión)
Jamie Foxx y Michael B. Jordan en "Just Mercy". (Foto: Difusión)
Sebastián Pimentel

La criminalización de los afroamericanos en EE.UU. no es reciente. Tampoco un problema que esté cerca de terminar. El último opus de Spike Lee, titulado “Infiltrado en el KKKlan” (2018) en nuestro medio, no solo lo probaba con imágenes documentales sobre disturbios racistas en la era de Donald Trump. Allí, Lee también señalaba el culto que el Ku Klux Klan tiene a un filme tan mítico como infame: “El nacimiento de una nación” (1915).

La referencia a esta antigua obra racista de David W. Griffith no es anecdótica, más allá de que se le considere el punto de partida del cine narrativo. Con su historia de un grupo del KKK que salva heroicamente a una chica blanca del secuestro de unos villanos negros, el filme da inicio al cine como gran relato; pero también, como dice su título, habla del nacimiento de una nación que hace del negro ya no un esclavo, pero sí un criminal.

Del hecho arriba mencionado da cuenta con agudeza “Enmienda XIII” (2016), documental (se puede ver en Netflix) de Ava DuVernay, que bien podría haber filmado el filósofo francés de la biopolítica, Michel Foucault. Y todo esto viene a colación por la naturaleza de la cinta que ahora nos ocupa, anodinamente titulada aquí como “Buscando justicia” –el título original es “Just Mercy”, algo así como “Solo misericordia”–.

Dirigido por Daniel Cretton (“El castillo de cristal”, 2017), “Buscando…” se inscribe en el género del drama judicial. Pero sobre todo es, también, el intento por dar cuenta de la criminalización de la población negra a través de un caso real. Concretamente, el del abogado afroamericano Bryan Stevenson (Michael B. Jordan), y la lucha que emprendió en Alabama para liberar al condenado a muerte Walter McMillian (Jamie Foxx).

El caso data de los años noventa, y uno tendería a pensar que ya no se utiliza la silla eléctrica en las ejecuciones penales, cosa que la realidad desmiente –Alabama aún la emplea como una alternativa a la inyección letal–. También causa sorpresa el recurso irónico del guion de Cretton y A. Lanham, cuando uno de los lugareños racistas se llena de orgullo mencionando a Harper Lee como la personalidad más importante nacida en el lugar.

La referencia a Lee es irónica, porque es autora de la novela “Matar a un ruiseñor”, donde un abogado blanco defiende a un campesino negro acusado, injustamente, de asesinar a una mujer blanca. La adaptación fílmica, hecha por R. Mulligan en 1962, se convirtió en uno de los dramas judiciales más icónicos del cine. Surge la pregunta: ¿hasta qué punto Cretton hace un homenaje, pero también una actualización de la propuesta de Mulligan?

Daniel Cretton no es un director ingenuo. De hecho, proviene del cine independiente, y de un lenguaje fílmico más cercano a John Cassavetes que al cine de género de raigambre clásica. Sin embargo, esta se revela como una cinta que utiliza al sistema de Hollywood, pero para humanizar su estética frívola, y proveer de un mayor realismo y complejidad a sus personajes y a la sociedad que muestra.

Son notorios los defectos de la opción militante de este tipo de cine: ciertos pasajes donde se subraya el mensaje, o el perfil impoluto del “héroe” B. Stevenson. Pero se sortearon los principales obstáculos efectistas: las ejecuciones en la silla eléctrica quedan fuera de campo, por ejemplo. Por otro lado, las actuaciones, entre ellas la de Jamie Foxx como un condenado a muerte, son tan contenidas e intensas, y el cruel e intolerable arco social tan bien dibujado, que “Buscando…” se revela como una herramienta educativa, pero también pensante: los rostros y los cuerpos negros hacen su propia agonía, y su propia lucha, por una visibilidad cinematográfica que aún es minoritaria.

LA FICHA

Título original: “Just Mercy”.

Género: drama.

País y año: EEUU, 2019.

Director: Destin Daniel Cretton.

Actores: Jamie Foxx, Michael B. Jordan, Brie Larson, Rob Morgan, Tim Blake Nelson.

Calificación: ★★★ 1/2.

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