A los extremos la mayor escena de "El séptimo sello", emblemática cinta de Max Von Sydow. Al centro, en el Festival de Cannes del 2013. Foto: AFP.
A los extremos la mayor escena de "El séptimo sello", emblemática cinta de Max Von Sydow. Al centro, en el Festival de Cannes del 2013. Foto: AFP.

Así como el caballero cruzado Antonius Block hizo gala de su destreza sobre el tablero de ajedrez para evitar que la Muerte se llevara su alma, planteó una estrategia similar para alargar todo lo que le fuera posible su vida en el cine. A diferencia de Block, Von Sydow no era tan bueno con las fichas, y aun cuando cada jugada era el punto final de una larga discusión consigo mismo sobre lo que más le convenía, tomó algunas decisiones poco o nada recomendables. El final del actor que en “El séptimo sello” dio vida al soldado en cuestión fue el mismo: la partida estaba perdida desde el inicio, pero alargarla les dio la oportunidad de darle significado a su vida. El domingo 8 de marzo, a los 90 años, falleció de un ataque al corazón.

Con más de 150 películas en su haber, a Von Sydow le hubiera gustado recordar más detalles sobre los rodajes de ciertas películas, pero a veces la edad juega malas pasadas. "Una de las cintas que me gusta muchísimo es ‘Pelle, el conquistador’ -confesó en una entrevista-. Y las que hice con Ingmar Bergman, sin duda, son las más importantes para mí”.

Justamente, con el célebre cineasta Bergman, Von Sydow grabó trece películas: “Fresas salvajes”, “La vergüenza” y otras más. “Rodar con él, al menos desde mi perspectiva, era la situación ideal. Pero tampoco era tan sencillo, porque era un trabajo cooperativo –recordó–. Tanto Bergman como yo, y algunos de los actores que conformaron parte del equipo que estuvieron, por ejemplo, en ‘El séptimo sello’, habíamos trabajado juntos durante la temporada teatral y luego rodamos la película. Esa era la forma en la que funcionamos durante años. Fue un periodo muy largo en el que convivimos y compartimos nuestro trabajo. Fue muy, muy importante”.

LA MALDICIÓN

“Un guion, para que lo acepte, debe cumplir con muchos requisitos, aunque en la actualidad es muy sencillo porque no hay tantos papeles interesantes para un señor de mi edad. Casi siempre, prácticamente siempre, son sacerdotes, abuelos mayores que suelen estar enfermos y mueren. No es muy inspirador ni nada divertido, así que estoy esperando a un director que me dé el papel de un hombre mayor, quizás un abuelo enfermo que se muere, pero que sea divertido. Eso me gustaría”.

Von Sydow tenía 86 años cuando pronunció esas palabras. Estaba cansado de que siempre le dieran papeles de personas de la tercera edad, porque, en efecto, era una suerte de maldición que lo había acompañado durante gran parte de su carrera. Entonces, solo le quedaba bromear.

Una de las primeras veces que le sucedió fue en “El exorcista” (1973). Su agente, cuando surgió la posibilidad de que integrara parte del elenco del filme, le recomendó leer la novela sobre la que la cinta estaría basada. Así lo hizo y notó que había un sacerdote anciano y otro joven, y pensó que el segundo sería para el personaje indicado para él. “Luego hablé con mi representante y le dije que me encantaría hacer el papel del joven. Y él me dijo: ‘¿Cómo? No, quieren que seas el viejo’. Allí dudé: tenía 40 años y no entendía porque querían que fuera él. Aun no sé porque lo hicieron.”

Pero en los últimos años, dar vida a personajes que pintaban canas fue acertado. Ser parte de “Juego de tronos” le dio experiencias gratificantes y lo acercaron a un público más joven.

“Yo no veo series de televisión, así que desconocía la existencia de ‘Juego de tronos’. Jamás había escuchado de ella, pero me dijeron que era muy buena, que era un buen papel, recibí el guion y me di cuenta que estaba bien hecho. Finalmente fue una experiencia muy interesante porque los directores eran muy competentes. Había un oscuridad maravillosa, dramática también”.

La taquillera “Star Wars” también le daría vigencia a Von Sydow. Aun cuando su personaje tuvo una aparición poco trascendental –fue quien tenía parte de los planos para llegar al escondite de Luke Skywalker– sirvió para que los usuarios de internet detectaran un interesante detalle sobre algunos de sus personajes: varios de ellos morían de la misma manera. Sir Walter Loxley (“Robin Hood”, 2010) fue atravesado con una espada, al igual que Lor San Tekka (víctima de Kylo Ren en “Star Wars”), Brynden (el oráculo asesinado por el Señor de la Noche en “Juego de tronos”) y el emperador Ming El Despiadado (cortado por Flash Gordo en la cinta homónima de 1980).

Pero quizás lo más curioso de la carrera de Sydow es que tuvo la oportunidad de interpretar a Jesús (“La historia más grande jamás contada”, 1965), a un ángel (“Más allá de los sueños”, 1998) y al Diablo (“La tienda de los deseos malignos”, 1993). Cuando le preguntaron qué personaje la había gustado más, contestó: “Al diablo, obviamente”.

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