En su pequeño taller de Atenas, Vassilis Dimitriou, de 80 años, le da los últimos retoques a un retrato de la actriz Milla Jovovich, protagonista de la película "Cymbeline" junto a Ethan Hawke. Durante más de 65 años, Vassilis ha pintado a mano carteleras de cine. Ha representado a todas las grandes figuras, pero a algunas les ha prestado una atención extra.
"A los que quiero, los pinto bien. A los que no quiero, no los dibujo. Por ejemplo, he pintado a Clint Eastwood cincuenta veces. Si cierro los ojos ahora, puedo empezar a dibujar a Clint Eastwood", señala a AFP.
Durante los años 60, cuando el cine estaba en su apogeo, Vassilis recibía el encargo de pintar más de diez carteles a la semana. A día de hoy, solo un cine de la capital griega conserva la tradición. Cada semana, él mismo cambia el cartel del cine Athineon.
"Pintar es una manera de hacerlo más íntimo cuando todo se está volviendo más plástico”, señala Virginia Axioti, copropietaria del cine Athineon. “Los carteles laminados son algo que usas un día y lo tiras al siguiente. Nosotros no tenemos esa mentalidad, nos gusta la tradición, mantener esta conexión entre las artes. Música, pintura, danza, cine, para mí son uno".
Vassilis se enamoró del cine cuando era solo un niño y aún no ha perdido la chispa.
"Mis ojos han visto pasar tanto a mi alrededor que dentro me ha quedado una sensación agridulce. Esto es lo que me hace pensar, continuar y decir que mañana estaré mejor", reflexiona.
La aparición de multicines e impresoras de grandes carteles supone que haya poca demanda de carteleras pintadas. Vassilis afirma ser uno de los últimos en su especie en Europa y teme que el día que deje los pinceles, se extinguirá también el arte de pintar carteleras en el continente.
Fuente: AFP