Un chileno afincado en París conecta mágicamente con la poesía de un peruano que, hace casi 50 años, también recorría Europa. El chileno es Felipe Carrasco Lutz (Temuco, 1988) y el peruano nada menos que Jorge Pimentel (Lima, 1944). El primero –compositor y director de orquesta– ha tenido a bien musicalizar algunos poemas del mítico libro “Ave Soul” de Pimentel, dotándolo así del aire sinfónico que parece inherente a su fuerza.
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Carrasco se topó con “Ave Soul” por recomendación de Ana María Chagra y Bruno Montané, editores del sello Ediciones Sin Fin, quienes habían publicado el libro en España, en el 2014. “Cuando lo ojeé por primera vez me gustó su lenguaje universal, y luego empecé a imaginar todo lo que se puede hacer con él. Estuve tanto tiempo con el libro que se le cayeron las páginas”, cuenta Carrasco desde Francia.
El año pasado, debido a las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19, a Carrasco le fue encargado crear una obra pequeña para un festival. “Me pidieron hacerla con una formación rara: dos violines, flauta y soprano. Puro agudo. Porque era la única formación que se podía tener en el contexto. Allí me di cuenta de que tenía el tema perfecto en ‘Ave Soul’. Algo breve, con cambios de ánimo variados, porque son pequeñas escenas de un viaje, impresiones de un caminante”, agrega.
EL RUIDO Y LA FURIA
Los poemas trabajados por Carrasco corresponden a la sección del libro titulada “Entregas breves de amor y desarraigo”. Curiosamente, un conjunto que ya ha sido musicalizado antes por la banda peruana Cocaína, en clave hardcore, con su disco “14 baladas: entregas breves de amor y desarraigo” (2014). Un álbum al que el compositor chileno llegó a medio camino de su propia versión.
“Descubrí el disco de Cocaína luego de haber escrito las primeras cinco entregas –cuenta Carrasco–. Y me gustó mucho. Me hizo recordar el concepto de la obra entera y también la música concreta, por esto de mezclar sonidos de la calle”.
Su propia adaptación, sin embargo, se transformó sobre la marcha: la versión definitiva ha sido preparada para un cuarteto de cuerdas y soprano, y es la que se presentará allá en Francia en un par de conciertos el próximo 16 y 17 de agosto, organizados por la fundación Carrefour des Arts. Lo acompañarán el canadiense Gilles Lefevre (violín), el ecuatoriano Jorge Díaz (viola), y los franceses Florent Couaillac (violín), Gwendeline Lumaret (violoncello) y Lys Nordet (soprano).
Un ensamble internacional que se complementará con la pintura de la artista franco-suiza Martine Jaquemet, quien también ha trabajado una serie de obras inspiradas en “Ave Soul”. “La primera presentación, del lunes 16, se realizará en exteriores y mezclará la música con la improvisación de unas pinturas de Martine. La segunda, al día siguiente, se realizará en la Basílica de Lalouvesc, una localidad que forma parte del Camino a Compostela, y que para esa fecha tiene mucha afluencia de los peregrinos”, afirma Carrasco Lutz.
DEL LIBRO AL DISCO
Todo lo narrado corresponde a un trabajo colectivo que ha contado también con el aporte del propio Jorge Pimentel, venciendo el distanciamiento físico: 10.000 kilómetros entre Lima y París que se esfumaron gracias al WhatsApp, por donde el poeta ha podido entablar contacto permanente con Carrasco y sus músicos.
“He llegado a conversar horas y horas por teléfono con él –explica Carrasco–. Al principio no me atrevía, pero en la primera llamada que tuvimos hablamos dos horas, aunque no me contestó ninguna de las preguntas que tenía preparadas (risas). Luego, a medida que íbamos grabando, le enviaba los audios a Jorge y él me daba sus comentarios y les mandaba mensajes a los músicos. Se formó una dinámica muy interesante que animó y motivó mucho al grupo”.
Para cerrar el círculo, además, la composición de las “Entregas…” se redondeará con la grabación y lanzamiento de un disco a producirse en Lima, y que debería salir a la luz dentro de pocos meses si no hay inconveniente de por medio. Premio para un poemario que está a punto de cumplir medio siglo de vida y no ha cesado su vuelo.
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