La surcoreana Cho Nam-joo, autora de “Kim Ji-young, nacida en 1982”, cuenta en una entrevista con Efe que su novela, un superventas convertido en obra de referencia para el movimiento feminista en su país, es hoy un fenómeno social que ha trascendido a su autora y cobrado “vida propia”.
"La historia de Kim Ji-young ya no es solo mía" responde Cho (Seúl, 1978) al explicar que nunca esperó que el libro, publicado a finales de 2016 y el primero en haber vendido más de un millón de copias en este país en una década, se convirtiera en un testimonio generacional para muchas surcoreanas.
Aprovechando que Alfaguara acaba de editarla en español (con traducción de Joo Ha-sun) Cho cuenta por correo electrónico que trata de no darle vueltas al éxito cosechado y que cree que en este punto la obra, recién adaptada al cine, es un ente que "quiere expandirse, motivar a más personas a hablar, a reflexionar, a debatir".
Convencida de que "la novela debe ser el testimonio de su época", la obra recapitula la trayectoria de Kim Ji-young, que a sus 33 años acaba de ser madre primeriza, en un mundo donde el hombre es el rey absoluto y, en su meticulosidad y concisión casi científicas, acaba recreando la odisea vital de casi cualquier surcoreana en esa franja de edad.
"Desde un principio deseé que la novela llegase y conmoviese al mayor número de mujeres posible. Por eso, tomé como referencia experiencias contadas por mujeres en foros de internet y también de reportajes, entrevistas o libros sobre la vida y trabajo de diversas mujeres", detalla la escritora, que al igual que la protagonista dejó su empleo (en este caso como guionista de un programa de periodismo de investigación) al nacer su hija.
¿Por qué decidió que el personaje naciera en 1982?
Porque representa a esa generación que nació y creció en una época marcada por ciertas mejoras, aunque incipientes, en cuanto a la discriminación sexual en Corea del Sur. Esas mujeres tuvieron mejor acceso a educación y oportunidades socioeconómicas que sus madres o hermanas mayores. Sin embargo, se frustraron ante las tradiciones, prácticas y leyes discriminatorias que prevalecían y siguen existiendo.
Y aún así muchos hombres surcoreanos critican la novela destacando que ha habido avances.
Mi intención era hablar de esa generación, de esas mujeres que debido a esa brecha precisamente se sienten aún más derrotadas y confusas. Algunos dicen que la realidad de la mujer ha mejorado muchísimo respecto al pasado y destacan solo ese lado. Pero el hecho de mejorar no significa que el problema esté solucionado, de ahí que nadie pueda decirle al sujeto que lo padece que se aguante y se conforme.
¿De qué manera cree que su libro ha jugado un rol en el movimiento “MeToo” en Corea del Sur?
Creo que los surcoreanos, sobre todo las mujeres, estamos atravesando un momento muy importante. Somos más activas. Estamos en las calles protestando. Y eso está provocando cambios positivos. El protagonismo de la mujer está creciendo en la literatura y en la cultura en general, mientras que las imágenes o mensajes sexistas y discriminatorios disminuyen.
Cho destaca cómo el activismo y la solidaridad entre mujeres han sido clave para los avances legales de los últimos dos años en su país, desde el endurecimiento de penas por delitos sexuales hasta la sentencia del Constitucional considerando que penalizar el aborto va en contra de la Carta Magna.
Si hasta hace poco hubo más sentimiento de derrota o cinismo, ahora las propias mujeres somos testigos de que nuestras voces
Su libro también ha tenido influencia en los políticos, ya que nuevas normativas aprobadas para erradicar la discriminación laboral y salarial han sido bautizadas como “leyes Kim Ji-young”.
Mi impresión es que a partir de la novela ha crecido el interés en aquellas personas que se mantenían en la sombra, en los distintas modos de vida que pueden existir, y eso me emociona profundamente.
¿Se considera una autora feminista?
En mi opinión, el feminismo es un valor que aboga por que nadie pierda oportunidades, vea limitadas sus posibilidades y sea amenazado o expuesto a la violencia debido a su género. En este sentido, “Kim Ji-young, nacida en 1982” es una novela feminista y yo soy feminista. El feminismo no es una cualificación o un criterio de censura. Es una orientación y una actitud. Desde mi punto de vista, la palabra feminismo no debe ser usada tan estrictamente y por mi parte, pienso decirla cuantas veces pueda en la vida diaria.
¿Qué cree que le espera a alguien como Kim Ji-young? ¿Dónde le gustaría verla dentro de 10 años?
Kim Ji-young se ha convertido en algo así como el pronombre personal de todas las mujeres coreanas. Es la exponente de las mujeres coreanas en la treintena que comparten experiencias, sensaciones y dilemas comunes. Pero yo rechazo esos pronombres, lo que deseo es que cada una pueda vivir como individuo con sus propios problemas, experiencias y futuro.
¿Y usted, dónde se ve profesionalmente en 10 años?
Actualmente en mi vida diaria, paso más tiempo concentrada en mi papel de madre que escribiendo, así que me identifico más con lo primero. Tal vez cuando mi hija crezca (aún está en edad preescolar), pueda dedicarme exclusivamente a escribir.